El tablero lácteo gallego se reordena: concentración, competencia y un mercado bajo vigilancia

El sector lácteo gallego atraviesa un nuevo punto de inflexión con la anunciada fusión de Clun y Leite Celta para crear CoRural, un grupo de gran tamaño que reconfigura un mercado ya muy ajustado entre industria, distribución y ganaderos. Galicia concentra una parte decisiva de la producción nacional, por lo que cualquier movimiento en esta región tiene repercusiones en todo el país.
CoRural, pendiente de la autorización de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, nace con cifras destacadas: 1.400 productores, 800 empleados, ocho plantas industriales y un volumen de negocio cercano a los 600 millones de euros. Sus promotores lo presentan como una “suma de fuerzas”, combinando la base cooperativa de Clun con la capacidad industrial y comercial de Leite Celta. El objetivo es ganar dimensión sin perder arraigo territorial, algo clave en un sector en el que la proximidad y la confianza con los ganaderos tienen un peso relevante.
El contexto competitivo es intenso. Grupos gallegos coexisten con multinacionales como Lactalis y Capsa, líderes en la recogida de leche en la comunidad. La aparición de un actor gallego de gran tamaño introduce una variable nueva en la distribución de volúmenes y en la negociación con la distribución, lo que puede alterar las relaciones comerciales existentes.
Galicia es un mercado estratégico para toda la industria española. Las principales compañías lácteas del país mantienen plantas y contratos con explotaciones gallegas, conscientes de que cualquier cambio aquí puede influir en precios, condiciones de suministro y estrategias comerciales en otras regiones. Un grupo como CoRural, con mayor capacidad de recogida y transformación, podría fortalecer su posición en la negociación de contratos y en la diversificación de productos, reforzando así su influencia nacional.
Sin embargo, facturación y rentabilidad no siempre coinciden. Mientras CoRural se perfila como la primera compañía láctea con sede en Galicia por volumen, otros grupos, como Grupo Lence (propietario de Leche Río y Leyma), han mantenido márgenes elevados con menor tamaño, demostrando que la eficiencia y la gestión también marcan la competencia en el sector.
Para los ganaderos, la fusión ofrece estabilidad en un escenario marcado por el aumento de costes y la presión sobre los precios en origen. Una industria más fuerte puede garantizar la recogida de leche y ofrecer más opciones de valorización del producto. Al mismo tiempo, la concentración despierta cautelas al reducir el número de interlocutores en un mercado ya muy concentrado.
Las inversiones industriales y los movimientos en la dirección de CoRural sugieren que la lucha en el sector no será solo por tamaño, sino también por eficiencia y adaptación a un mercado cada vez más exigente. Galicia vuelve a situarse así en el centro del tablero lácteo nacional, con un mensaje claro: los cambios aquí determinarán el rumbo del sector en los próximos años.




