La multinacional Nestlé prevé que el 20% de los ingredientes que emplea en España proceda de agricultura regenerativa para 2025, cifra que aumenta hasta el 50% según las previsiones para 2030. Así lo ha afirmado el responsable Sostenibilidad en Nestlé España, Jordy Aycart, durante una presentación para la Fundación Global Nature.
La agricultura regenerativa es un cambio de paradigma para agricultores y ganaderos porque puede ayudar a reducir diferentes impactos medioambientales al tiempo que “genera algo nuevo”, según ha explicado Jordi Domingo, ponente para la Fundación Global Nature sobre Sostenibilidad Agroalimentaria.
Pese a no contar con una definición oficial, Domingo ha expuesto que los conceptos claves en lo que se basa la agricultura regenerativa son “suelo, biodiversidad, clima, salud y carbono”. Esta práctica implica regenerar los suelos donde se producen alimentos, favorecer el reabastecimiento hídrico natural, promover la biodiversidad, ayudar a los procesos de polinización y generar grandes espacios vegetales.
Debido a la actual situación global, Domingo defiende la necesidad de “reinventar” la producción para no caer en crisis de alimentos, extinción masiva de biodiversidad, dependencia de materias primas (respecto a la guerra en Ucrania) y ocupación de suelo para cultivo degradativo. La agricultura regenerativa busca mejorar ecosistemas poniendo en el centro agua, clima y biodiversidad.
Jordy Ayscart, responsable de sostenibilidad de Nestlé España, concretó que los ingredientes que proceden de esta agricultura dentro de la empresa están relacionados con las granjas de leche en la Cornisa Cantábrica. “A partir de aquí, iremos extendiendo la agricultura regenerativa, tanto en los ámbitos de la leche y los cereales para nutrición infantil como en otros”, afirmó Ayscart.
Investigadores estudian alimentar vacas con residuos vegetales
El grupo de investigación Producción Animal de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha realizado diferentes estudios para analizar el valor nutritivo de subproductos o residuos vegetales obtenidos durante la producción de vino, aceite de oliva o salsa de tomate. Los resultados obtenidos muestran que estos restos pueden añadirse a la dieta de los rumiantes sin consecuencias negativas en su digestión.
«Evaluamos el efecto de sustituir parcialmente ingredientes convencionales de las dietas de los rumiantes (vacas, cabras y ovejas) por cantidades crecientes de orujo de aceituna, lías de vino, pulpa de tomate o una mezcla a partes iguales de orujo de aceituna y pulpa de tomate. Estos subproductos se generan en gran cantidad en el área mediterránea debido a la elevada producción en esta región”, explica Dolores Carro, investigadora del grupo.
Uno de los efectos colaterales de alimentar a los animales con residuos vegetales es la reducción de emisiones de metano por rumiantes, un problema medioambiental que está en el centro del debate actualmente. Estos subproductos contienen una gran cantidad de metabolitos secundarios, unas partículas que actúan como moduladores de la fermentación ruminal, el proceso digestivo de estos animales.
La producción hortofrutícola española está en aumento en España, hasta el punto de ser el país europeo líder en producción y exportación de estos productos. La contraparte de esto es la cantidad de desechos vegetales que restan tras producir determinados alimentos. Paralelamente, los rumiantes generan más del 90% del total de metano procedente de animales de granja en España.
Los resultados muestran que incluir un 18% de orujo de aceituna o pulpa de tomate no afecta a la fermentación ruminal. En lo que respecta a las lías de vino, con solo un 12% en la dieta animal los indicadores de fermentación se vieron reducidos. La reducción de metano, por el momento, sigue siendo estudiada por este grupo de investigación.