Pastoret, la marca catalana de yogures premium, se pone a la venta

La familia Pont, accionistas de Pastoret, la popular marca catalana que lidera el segmento de los yogures artesanales premium en España, ha decidido poner la empresa en el mercado. Este movimiento responde a una estrategia de fortalecimiento de la posición de Pastoret dentro del mercado premium, así como buscar la expansión de la empresa y de sus operaciones sobre todo en ámbito internacional.

Para ello, la compañía catalana de yogures, fundada en 1992 y con sede en Sant Guim de Freixenet (Lleida), contrató los servicios de Arcano, un banco de inversión español, para que les aconseje y asesore a la hora de buscar uno o varios inversores que se conviertan en socios de la marca, con una participación mayoritaria.

La operación de captación de inversores todavía está en un estado inicial y no solamente incluye la opción de venta de la empresa de productos lácteos catalana. Empresas industriales o fondos de private equity podrían incorporarse al accionariado de Pastoret.

La entrada de un nuevo socio en Pastoret pretende consolidar la marca y conquistar nuevos mercados. Con los nuevos fondos que se capten en esta operación, Pastoret innovará en su oferta de yogures artesanales premium que respondan a las nuevas necesidades de los consumidores.

39 millones de euros de facturación en 2023

Pastoret facturó un total de 39 millones de euros durante el ejercicio de 2023 y un Ebidta que roza los 6 millones de euros. Si atendemos al beneficio neto de la compañía, la cifra alcanza los 2,9 millones de euros. Con estos resultados, la familia Pont considera que es el momento óptimo de vender la sociedad familiar y lograr un empujón en su proyección tanto nacional como internacional y desarrollar más su marca.

En este contexto de venta nombres importantes como Danone podrían estar considerando seriamente la adquisición. Para una empresa como Danone, hacerse con Pastoret fortalecería su posición en el mercado lácteo español, recuperaría cuota de mercado y le abriría nuevas oportunidades a nivel global. Sobre todo tras estos últimos años convulsos, en los que se acumulan cierres de fábricas y reducción de ventas frente a las marcas blancas, que representan el 50% del mercado de los yogures en España.