La fundación Global Nature busca integrar el pastoreo como una solución natural ante los incendios forestales

Los incendios forestales en España son una de las principales amenazas que enfrentan nuestros ecosistemas. Con la intensificación de los fuegos este verano, queda claro que la situación no solo responde al cambio climático, sino también a factores como el abandono rural, la despoblación y la falta de una gestión forestal adecuada. En este contexto, la ganadería extensiva se posiciona como una herramienta clave en la lucha contra los incendios.
Las estadísticas son alarmantes. El calor extremo es el desencadenante de muchos incendios, pero la verdadera vulnerabilidad está en los paisajes abandonados y mal gestionados. Estos territorios, marcados por la sobreabundancia de vegetación y el exceso de matorrales, se han convertido en una auténtica bomba de combustible. Tal como señala Eduardo Palencia, técnico de Global Nature, «los incendios más severos ocurren en paisajes donde predominan los espacios abandonados o infrautilizados«, lo que explica en parte la magnitud de los fuegos de este año.
En este escenario, la ganadería extensiva se presenta como la solución natural que la naturaleza necesita. El pastoreo no solo contribuye a mantener el terreno limpio de vegetación descontrolada, sino que reduce de forma efectiva la acumulación de matorrales y maleza, las principales fuentes de combustible para el fuego. De hecho, el abandono de la ganadería en muchas zonas rurales ha favorecido la proliferación de estos matorrales secos, lo que facilita la propagación del fuego.
Además de ser una herramienta clave en la prevención de incendios, el pastoreo extensivo ofrece beneficios más allá de la protección contra el fuego. Iniciativas como “Naturaleza Pastoreada” y RECONECTA, promovidas por Fundación Global Nature, buscan integrar el pastoreo con la restauración ecológica, mejorando la biodiversidad y restaurando ecosistemas dañados por el abandono. Estos enfoques reconocen a los ganaderos como custodios del territorio, cuyo trabajo, además de proteger el paisaje, también conserva la biodiversidad.
A pesar de su eficacia, las políticas actuales siguen limitando la actividad ganadera en muchas áreas, impidiendo que los pastores desempeñen su papel en la gestión activa de los territorios. Esta desconexión entre la administración y el sector ganadero está generando un vacío de gestión que facilita la proliferación de incendios. Es necesario que las autoridades reconozcan el valor del pastoreo no solo como una actividad productiva, sino como una parte esencial de la solución.
La regeneración activa del paisaje, combinada con la restauración ecológica y la integración de la ganadería extensiva, debe ser parte de una estrategia integral para mitigar los incendios y restaurar la salud de nuestros ecosistemas. Solo con un enfoque global, que valore tanto el medio ambiente como las comunidades rurales, podremos construir un futuro más seguro y sostenible para todos.