Dulces típicos asturianos: tradición y sabor en cada bocado

La gastronomía asturiana es un viaje irresistible a los sabores más auténticos del norte de España, y sus postres ocupan un lugar especial en el corazón de quienes visitan la región. En Asturias, la tradición se vive a fuego lento, y cada receta guarda una historia familiar que se transmite de generación en generación. Los dulces típicos asturianos destacan por su sencillez, su carácter casero y ese toque inconfundible que solo se consigue con ingredientes de primera calidad.
Desde los aromas que salen de los hornos de los pequeños pueblos hasta las vitrinas de las confiterías más emblemáticas, Asturias invita a descubrir un universo dulce lleno de texturas, recuerdos y mucha identidad. En este post, te llevamos a recorrer algunos de sus postres más representativos, esos que conquistan paladares y hacen que siempre quieras volver por un bocado más.
10 postres típicos asturianos
Asturias no es solo tierra de paisajes verdes, montañas majestuosas y costas escarpadas; también es hogar de dulces tradicionales que son auténticas joyas de la gastronomía española.
1. Tarta de manzana asturiana

La tarta de manzana asturiana requiere mimo y algo de tiempo, pero cada minuto invertido se ve recompensado al probarla. A simple vista puede parecer un bizcocho inocente, hasta que el primer corte revela su interior cremoso, fruto de la compota de manzana y la crema pastelera. La mezcla de texturas, con el contraste entre la base firme y el relleno suave, hace que cada bocado sea un descubrimiento. Tradicionalmente se sirve tibia, acompañada de un poco de nata fresca o un helado de vainilla, potenciando así el dulzor natural de la manzana y el aroma del horno.
2. Arroz con leche asturiano

El arroz con leche asturiano es un clásico que sorprende por su textura y sabor. Cocido lentamente con abundante leche y aromatizado con canela y piel de limón, el arroz se “revienta”, logrando una cremosidad excepcional. Cada cucharada combina suavidad y un contraste delicado gracias a la capa de azúcar quemado que se carameliza justo antes de servir. Este postre es un ejemplo de cómo los dulces típicos asturianos pueden transformar ingredientes humildes en auténticas experiencias gastronómicas.
3. Marañuelas

Las marañuelas son un dulce con raíces profundas en las villas costeras de Candás y Luanco, originarias del siglo XVIII. Tradicionalmente elaboradas durante el Domingo de Pascua y compartidas con familiares y vecinos, estas galletas se han convertido en un símbolo de la repostería asturiana durante todo el año. Su aroma a limón y anís, junto a su textura ligeramente crujiente, evoca recuerdos de infancia y festividades familiares. Las marañuelas son un ejemplo de cómo la historia y la tradición se mezclan en cada bocado, manteniendo viva la memoria culinaria de la región.
4. Mantecado de Avilés

En Avilés, el mantecado no es solo un dulce: es parte del alma de la ciudad. Este bizcocho jugoso y aromático, con receta centenaria de la Confitería Galé desde 1876, combina historia, una textura delicada y un dulzor perfectamente equilibrado. Al probarlo, se percibe el cariño con el que generaciones de confiteros han trabajado para mantener viva esta receta, que continúa conquistando a locales y visitantes por igual.
5. Carbayones asturianos

El Carbayón es uno de los pasteles más emblemáticos de Asturias, un dulce que fusiona historia y elegancia en cada porción. Con una base de hojaldre, crema artesanal de almendra Marcona y una cubierta de yema y glaseado de azúcar que aporta brillo y textura crujiente, este postre se ha consolidado como un símbolo de la repostería gijonesa. Fue creado en 1924 con motivo de la Primera Feria Internacional de Muestras de Asturias en Gijón, y desde entonces ha mantenido su prestigio. Su sabor delicado y su presencia visual hacen que cada bocado sea un pequeño homenaje a la tradición y la creatividad de los pasteleros asturianos.
6. Casadiellas

Durante el carnaval, Asturias se llena de color, música… y casadiellas, las empanadillas dulces rellenas de nuez, azúcar y un toque de anís. Aunque son típicas de estas fiestas, también se disfrutan en Navidad y otras celebraciones. Este pequeño, crujiente y energético postre es ideal para compartir y saborear en cualquier momento. Cada bocado de casadiella transmite la alegría de las celebraciones asturianas y la habilidad de sus reposteros para convertir ingredientes sencillos en auténticas delicias.
7. Borrachinos

Los borrachinos son un postre asturiano clásico de Semana Santa, nacidos como un dulce de aprovechamiento para utilizar pan duro. Fritos y bañados en leche aromatizada con canela y piel de limón, recuerdan a los clásicos panecillos con leche de toda la vida. Su sabor es delicado y reconfortante, evocando la cocina casera y los días festivos en familia. A pesar de su sencillez, los borrachinos destacan por su autenticidad y su capacidad para sorprender al paladar, consolidándose como un imprescindible dentro de los dulces típicos asturianos.
8. Tocinillo de cielo estilo asturiano
Los tocinillos de cielo asturianos son herederos de la tradición conventual y representan la máxima expresión de la repostería de yema en la región. Su textura aterciopelada y su intenso sabor dulce los hacen irresistibles. Están elaborados a base de yemas de huevo y azúcar y destacan por su brillo y suavidad, convirtiéndolos en un postre elegante perfecto para acompañar con un café. Son, sin duda, un ejemplo de cómo la repostería asturiana combina sencillez, tradición y refinamiento.
9. Moscovitas de Rialto

Las moscovitas de Rialto son pequeñas obras de arte de la repostería asturiana. Finas pastas de almendra Marcona recubiertas de chocolate que, desde su creación, se han mantenido fieles a la receta original. Este dulce emblemático combina tradición, calidad y prestigio, convirtiéndose en un símbolo de Asturias que enamora tanto a locales como a visitantes. Cada bocado ofrece un equilibrio perfecto entre textura crujiente y sabor intenso, recordando la riqueza de la repostería asturiana y su capacidad de perdurar en el tiempo.
10. Princesitas de Gijón

En Gijón, las Princesitas de la Confitería La Playa son auténticas joyas dulces. Estas pequeñas delicias de mazapán y yema, con forma de flor, despiertan ternura y se han convertido en uno de los regalos más entrañables de la ciudad. Desde principios del siglo XX, La Playa mantiene viva esta tradición, conservando intactos su sabor y esencia originales. Las Princesitas no solo reflejan la historia de Gijón, sino también la pasión y dedicación que caracterizan a los reposteros asturianos.




