Fenil denuncia que la "extorsión" de los piquetes a los transportistas y exige al Gobierno que garantice la seguridad y libertad de movimientos.
/ 17 marzo 2022
- «Este panorama es el resultado del desamparo y la impotencia de los transportistas ante la actuación de los mal llamados piquetes informativos», denuncia Fenil
La Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) ya lo había advertido días atrás, cuando llamó a la responsabilidad de los promotores de la huelga de transportes convocada por una asociación minoritaria, una protesta que no está respaldada por los sindicatos ni las asociaciones mayoritarias del sector, y que desde hoy paraliza la actividad de la industria láctea. A última hora de ayer, la patronal del sector, que representa a un 95% de los productores de lácteos, anunciaba la paralización de la «mayor parte» de la industria láctea debido a la interrupción de suministros de materias primas a las fábricas y plantas de transformación de la leche.
Fenil pidió a los autónomos y transportistas integrados en la autoproclamada Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías que no obstaculizasen la recogida de la leche para evitar perjudicar a los ganaderos y a la sociedad. Como ya publicamos en Mundo Lácteo, la patronal argumentaba que “los productos lácteos son alimentos altamente perecederos, por lo que es necesario recoger todos los días esta materia prima en el campo y tratarla de forma inmediata en las fábricas del territorio nacional”. Una materia prima, argumentaba, con la que se producen “alimentos esenciales” en la vida diaria de muchas personas por “la cantidad de nutrientes que aportan” para el organismo.
Las protestas sin embargo no cesaron y la actividad de los piquetes ha ido a más con actitudes que según Fenil comprometen «el derecho a la movilidad y la seguridad» de los transportistas, por lo que la mayor parte de la industria láctea se ve «abocada» a paralizar desde hoy su actividad y dejar de recoger la leche en las ganaderías. Esta decisión no sólo perjudica a la industria y puede comprometer el abastecimiento de productos lácteos sino que pone en jaque a las ganaderías, que deben dar salida a diario a la leche que cada día producen sus vacas, bajo riesgo de tener que desecharla.
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«Extorsión», heridos y daños en los camiones
En declaraciones a la Cadena Ser, Luis Calabozo, director general de la Fenil, denunció la situación de «extorsión» que viven los transportistas que no secundan la huelga y la industria con «bloqueos en las entradas de fábricas», que han provocado «heridos, daños a los camiones y a los transportes». «Ya tenemos bastantes problemas con el stock de oferta, la situación es muy complicada. El miedo es libre y en 24 horas la situación es límite», advirtió.
Calabozo demandó la intervención de las autoridades y que el Gobierno garantice «el paso y la libertad de movimientos» y que no va a haber más agresiones. Y es que precisamente esta semana, el sector ha denunciado que al menos 80 camiones aparecieron con ruedas pinchadas, lunas rotas o lonas rajadas en La Rioja, y que los incidentes se están extendiendo por toda España tras la huelga indefinida convocada por la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías a causa del alto precio del combustible.
La ministra de Transportes, Movilidad y agenda Urbana, Raquel Sánchez, prometió ayer que el Gobierno va a «actuar con contundencia” para evitar que se repitan episodios violentos.
Desamparo e impotencia de los transportistas de la industria láctea
Fenil denuncia «el desamparo y la impotencia de los transportistas» en un comunicado con el que en la tarde de ayer anunció su decisión y que reproducimos íntegramente a continuación:
«La industria láctea española se ve abocada a suspender su actividad trasformadora como consecuencia de la huelga de transportes que se viene desarrollando en los tres últimos días. Las fábricas han visto interrumpido el suministro de los insumos necesarios para la elaboración de productos lácteos y también el traslado del producto terminado a las cadenas de distribución, por lo que se ha anulado la capacidad de envasado y de almacenamiento y gestión de un alimento altamente perecedero y esencial para el consumo diario.
Esta paralización está acarreando consecuencias sociales, económicas y medioambientales inevitables pues supondrá la suspensión de la recogida de la leche en las explotaciones ganaderas a partir de mañana y, sobre todo, se pone en riesgo el abastecimiento de productos nutricionalmente básicos en la alimentación de las personas como son la leche y los lácteos.
Este panorama es el resultado del desamparo y la impotencia de los transportistas ante la actuación de los mal llamados piquetes informativos que han bloqueado su actividad.
Solamente se podrá revertir esta decisión a la que se ve abocada el sector si se garantiza el derecho a la movilidad y la seguridad de los transportistas que no han secundado la huelga, y se evitan conflictos de orden público en las carreteras españolas, circunstancia conjugable con el respeto del derecho de huelga.»