Un estudio destaca los beneficios de la lactosa para el intestino y el sistema inmunológico

Durante años, la lactosa ha tenido mala fama por su relación con problemas digestivos. Sin embargo, una nueva revisión científica publicada en Critical Reviews in Food Science and Nutrition está cambiando esta visión. Liderado por el Dr. Augusto Anguita-Ruiz, el estudio destaca que la lactosa, el azúcar natural de la leche, podría tener beneficios importantes para el metabolismo, el intestino y el sistema inmune.
Más allá de ser una fuente de energía, la lactosa empieza a considerarse un compuesto funcional. Esto significa que puede ayudar a regular el apetito, mejorar las defensas del cuerpo e incluso apoyar el rendimiento físico, especialmente en personas activas.
Aliada del intestino y del sistema inmune
El estudio incluye una de las revisiones más completas hasta la fecha sobre los patrones de consumo de lácteos y lactosa a escala global. Uno de sus puntos clave es el posible efecto prebiótico de la lactosa. La parte que no se digiere llega al intestino, donde bacterias buenas como las bifidobacterias la fermentan. Este proceso produce sustancias que equilibran la microbiota intestinal y fortalecen la respuesta inmune.
Además, se ha observado que, junto con los oligosacáridos presentes en la leche materna, la lactosa podría ayudar a proteger a los bebés contra infecciones al estimular sus defensas naturales.
El estudio también muestra que la lactosa es una fuente de energía útil durante el ejercicio, con una eficiencia similar a otros carbohidratos. Su bajo índice glucémico y su efecto sobre hormonas como la ghrelina podrían ayudar a aumentar la sensación de saciedad.
En cuanto al calcio, aunque hay debate en adultos, los expertos resaltan que durante la infancia la lactosa ayuda a una mejor absorción, especialmente si se consume con productos lácteos.
¿Qué pasa si no se digiere bien?
Aunque muchas personas, sobre todo en Asia y África, tienen intolerancia, el mercado de productos sin lactosa está creciendo. Esto abre la puerta a que más personas se beneficien de sus propiedades. La clave, según los investigadores, es promover un consumo adaptado y personalizado. Que mejore la salud de forma global.




