El estudio de la intolerancia a la lactosa no ha sido tratado en profundidad hasta la actualidad.

La evolución de la intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa es una dolencia extendida a lo largo de todo el planeta y muy frecuente, aunque con especial incidencia se da en determinadas regiones.

9 febrero 2024

El estudio de la intolerancia a la lactosa no ha sido tratado en profundidad hasta la actualidad.
l estudio de la intolerancia a la lactosa no ha sido tratado en profundidad hasta la actualidad.

La intolerancia a la lactosa es una dolencia extendida a lo largo de todo el planeta y muy frecuente, aunque con especial incidencia se da en determinadas regiones. Esto responde a un comportamiento genético, que en los lugares con mayor resistencia a la lactosa ha mutado por los cruzamientos humanos y el desarrollo de mecanismos para tolerar el azúcar naturalmente presente en la leche y sus derivados. Para conocer la evolución de la intolerancia a la lactosa, primero es necesario poder identificar sus síntomas y los tipos existentes de esta dolencia que pueden darse y sus motivos. 

¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia a la lactosa? 

La intolerancia a la lactosa es una dolencia común en el ser humano, especialmente en determinades latitudes geográficas por cuestiones genéticas. Según el tipo e intensidad de la intolerancia y la cantidad de lactosa consumida, los síntomas pueden variar desde la levedad hasta la gravedad o fuerte molestia. De manera general, el consumo de leche y otros derivados lácteos puede provocar los siguientes síntomas en el organismo de las personas con intolerancia a la lactosa:
 

  • Hinchazón 
  • Distensión abdominal 
  • Diarrea 
  • Gases 
  • Náuseas 
  • Dolor en el abdomen y progresivo a otras áreas 
  • Ruidos estomacales 
  • Retortijones 
  • Vómitos 

Actualmente, ¿qué causa la intolerancia a la lactosa? 

La intolerancia a la lactosa es la respuesta orgánica a la incapacidad o mala ejecución del proceso de absorción de lactosa. Esto ocurre, de manera general, porque el intestino delgado de una persona produce concentraciones demasiado bajas de lactasa, la enzima que descompone la lactosa en el cuerpo, y por tanto no se encuentra en disposición poder digerir toda la lactosa consumida, tanto en alimentos líquidos como en sólidos. A continuación, la lactosa que no pudo ser descompuesta y absorbida se pasa al colon. Una vez allí, las bacterias presentes en el colon actúan sobre la lactosa y esto da lugar a gases, fluidos y los dolores o malestar consecuentes. 

Una vez se padecen las consecuencias, es necesario someterse a examen de un profesional médico para revelar la naturaleza de la intolerancia a la lactosa y poder conocer cómo tratar la dolencia del mejor modo. 

  • Lactasa no persistente. Las personas que tienen lactasa no persistente son aquellas con un intestino delgado que producen mucha menos lactasa de la necesaria una vez termina la infancia. En efecto, las concentraciones de las enzimas encargadas de digerir la lactosa disminuyen con la edad, pero en este caso sucede precipitadamente después de la niñez. Sin embargo, los síntomas solo se manifestarán tiempo después de entrar en la adolescencia o incluso en la edad adulta. Esta es la causa más común de las concentraciones bajas de lactasa y es de carácter genético. 
  • Lesiones en el intestino delgado. Padecer infecciones, enfermedades y otras afecciones físicas dañan de manera directa al intestino delgado, lo que puede derivar en una caída de la producción de lactasa. Determinados medicamentos, cirugías o tratamientos, como la radioterapia, dañan el intestino delgado. 
  • Nacimiento prematuro. Los bebés prematuros o con un crecimiento deficiente pueden no producir la suficiente lactasa porque su intestino delgado todavía no ha alcanzado su desarrollo pleno. Esto sucederá durante un periodo corto de tiempo después del parto. A medida que el bebé crece, su intestino irá produciendo las cantidades necesarias de estas enzimas. 
  • Déficit congénito de lactasa. Está considerada una enfermedad rara, por lo que en caso de padecer síntomas de intolerancia a la lactosa, no puede descartarse, si bien lo más frecuente son los anteriores casos. Con el déficit congénito de lactasa ocurre que el intestino delgado produce poca o cero cantidades de lactasa desde el nacimiento. 

¿Cómo fue la evolución de la intolerancia a la lactosa? 

En las personas de raza blanca, la intolerancia a la lactosa es frecuente en la infancia a partir de los 5 años, cuando muchos niños comienzan a dar muestra de malestar y problemas digestivos. Se estima que a esa edad el intestino delgado cesa su producción de lactasa. En personas de raza negra, el problema se presenta con anterioridad, a partir de los 2 años. La intolerancia a la lactosa, sin embargo, es mucho más común entre adultos de origen asiático, africano y nativo americano. Las personas de origen europeo, especialmente las del Norte, presentan una mayor capacidad para digerir lactosa y menor incidencia de intolerancia. 

Estos descubrimientos pueden considerarse relativamente recientes, ya que el estudio de la intolerancia a la lactosa no ha sido tratado en profundidad hasta la actualidad. Hoy en día, se traza la evolución de esta dolencia desde la perspectiva médica e histórica. Por ejemplo, la persistencia de la lactasa en el intestino es un rasgo individual derivado directamente de la genética y es uno de los aspectos responsables de que el intestino produzca encimas durante toda la vida. Esto es común en las poblaciones europeas y está presente en un tercio de la humanidad. Sin embargo, esto no ha sido así siempre. 

La propagación de la persistencia de la lactasa y, como consecuencia, la tolerancia a la lactosa es un tema irresoluto por los investigadores, pero con nueva información sobre el proceso. 

En un principio, la hipótesis planteada partía de que la resistencia a los lácteos se había propagada en coevolución al consumo de leche y otros derivados. A más consumo, mayor resistencia. Cuando las poblaciones humanas produjeron leche y comenzaron a experimentar con sus derivados, el humano podría haber adquirido la persistencia y llegar a etapas adultas consumiendo lácteos. Esto, sin embargo, se ha desmentido. 

Gracias a restos biológicos encontrados en humanos prehistóricos de múltiples poblaciones y otros hallados en cerámicas, se ha sabido que la aparición y la expansión de la persistencia de la lactasa se produjeron con mucha diferencia de tiempo (hasta tres milenios y medio) y tiempo después de que el uso de la leche se hiciese común en la vida humana. Es decir, el humano consumía lactosa siendo todavía intolerante por naturaleza. 

Actualmente, la Ciencia se debate en dos escenarios que normalizasen y promoviesen la persistencia de la lactasa. El primero, las hambrunas. Los periodos de escasez podrían haber diversificado la dieta humana y aquellas personas con mayor resistencia a la lactosa habrían conseguido sobrevivir, al no fallecer por diarreas o desnutrición. El segundo escenario es el aumento de infecciones y patógenos derivados de la agricultura y la congregación humana. Es decir, con las primeras formaciones de grupos humanos y la mejora del campo con bacterias, el aumento de las infecciones podría haber dañado el organismo de los humanos y solo los resistentes a la lactosa habrían sobrevivido. 

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