Crema de leche y nata líquida: ¿Son lo mismo?

Descubre las diferencias, usos y variedades de este clásico imprescindible en la cocina.

Publicado: 6 enero 2022 | Contenido actualizado: 20 noviembre 2025

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Cuando hablamos de lácteos en la cocina, suele surgir una duda muy común: ¿la crema de leche y la nata líquida son lo mismo? En esencia, ambos términos se refieren al mismo producto: la parte grasa de la leche. En España se conoce como nata líquida y en la mayoría de los países de América Latina, crema de leche. 

Bajo cualquiera de sus nombres, es un ingrediente muy versátil que se utiliza tanto en recetas saladas como en postres, y que puede encontrarse en distintos niveles de grasa, desde versiones ligeras hasta opciones muy espesas como la crema doble. 

Sin embargo, aunque comparten un mismo origen y función, su clasificación, sus usos habituales y hasta su textura pueden variar según el país y el tipo de producto, algo que conviene entender para elegir la opción más adecuada en cada receta. 

¿Qué es la crema de leche?

La crema de leche es la parte grasa que se obtiene al separar la grasa natural de la leche cruda. Tradicionalmente este proceso ocurría dejando reposar la leche, pero con el tiempo se industrializó, permitiendo obtener cremas con porcentajes de grasa muy distintos. Esto dio lugar a una amplia variedad de productos que, además, cambian de nombre según el país. 

Dentro del concepto general de crema de leche encontramos versiones más ligeras, más espesas e incluso fermentadas. Su uso depende en gran medida de su contenido graso, que determina su textura, estabilidad y sabor. Entre los tipos más habituales destacan: 

  • Crema agria o sour cream: contiene entre un 18% y un 20% de grasa. Tiene un sabor ligeramente ácido por la fermentación y es ideal para aderezos, salsas y platos típicos de la cocina mexicana o estadounidense. 
  • Crema ligera: tiene entre un 18% y un 30% de grasa, es muy fluida. Se usa para enriquecer sopas, cafés o salsas suaves sin volverlas demasiado densas. 
  • Crema para batir: contiene entre un 30% y un 36% de grasa, puede montarse un poco, aunque no alcanza la firmeza de las cremas más espesas. Se emplea en cremas, sopas y salsas donde se busca una textura suave. 
  • Crème fraîche: tiene entre un 30% y un 40% de grasa. Es menos ácida que la sour cream y ofrece una textura espesa y sedosa. Funciona muy bien en recetas saladas y en postres.  
  • Crema espesa o crema para montar: contiene entre un 35% y un 40% de grasa y es perfecta para montar y para preparar postres que necesitan firmeza, como mousses o rellenos. 
  • Crema doble: supera el 48% de grasa. Es muy densa y rica y es perfecta para postres contundentes o para aportar mucho cuerpo a ciertas preparaciones. 

 

¿Qué es la nata?

La nata es igualmente la parte grasa de la leche obtenida mediante reposo o por procesos industriales. Sin embargo, en España el término “nata” se utiliza como una clasificación específica, con categorías muy definidas según el porcentaje de grasa y el uso culinario. Aunque en esencia es la misma base que la crema de leche, la nata se comercializa con rangos más estandarizados, lo que facilita elegir la opción adecuada para cada receta. 

Las variedades más habituales son: 

  • Nata para cocinar: contiene entre un 18% y un 20% de grasa, es fluida y ligera. Se utiliza en salsas, guisos y cremas donde se busca aportar suavidad sin espesar en exceso. 
  • Nata para montar: Es un tipo de crema de leche rica en grasa que permite obtener picos firmes al batirla. Contiene al menos un 35% de grasa. Es ideal para obtener una crema aireada y firme, indispensable en repostería y postres. 
  • Nata doble: con un contenido de grasa superior al 45%, es más densa y rica, perfecta para rellenos espesos y postres que requieran especialmente consistencia. 

¿Qué otros tipos de natas existen?

Además de las variedades más comunes, existen otros tipos de natas adaptadas a diferentes usos culinarios: 

  • Nata fresca: contiene entre un 30% y un 40% de grasa, es una crema suave, ligeramente ácida y muy estable al calor. Se utiliza en sopas, salsas y repostería. 
  • Chantilly: La crema chantilly es nata para montar a la que se añade azúcar glas y vainilla. Es básica en repostería. 
  • Crema agria: De sabor ácido y textura similar al yogur, es ideal para ensaladas, sopas, salsas y como acompañamiento de patatas o platos tex-mex. 
  • Nata vegetal: no contiene grasa láctea y se usa como alternativa apta para personas veganas o intolerantes a la lactosa. Es muy habitual en repostería por su estabilidad y facilidad para montar. 

 

¿Cómo se hace la crema de leche o nata líquida?

Ingredientes

  • 1 taza de leche entera 
  • 200 g de mantequilla 

Elaboración

  1. Para comenzar, incorporar en una olla la leche junto con la mantequilla. Utilizar leche entera, ya que su mayor contenido en grasa ofrece un mejor resultado que la leche semidesnatada o desnatada.
  2. Calentar a fuego medio y remover de forma contante con unas varillas o una espátula hasta derretir por completo la mantequilla.
  3. Apagar el fuego y dejar reposar la mezcla durante 15 minutos. Pasado este tiempo, la preparación adquirirá una textura ligeramente cremosa, característica de la crema de leche o nata líquida.
  4. Después, verter la mezcla en un vaso batidor y batir durante 2 minutos a máxima potencia para obtener un resultado más uniforme y homogéneo.
  5. Dejar reposar en la nevera un mínimo de 4 horas. ¡Y listo! Ya tienes tu crema de leche o nata líquida. 

La nata líquida casera puede conservarse en la nevera hasta dos semanas. Para aprovecharla tanto en recetas dulces como saladas, conviene no añadir azúcar ni sal durante su preparación. 

 

En definitiva, la crema de leche y la nata líquida son el mismo producto, pero su nombre, usos y variedades cambian según el país y el porcentaje de grasa. Conocer estas diferencias te ayudará a elegir la opción más adecuada para cada receta. Y si lo prefieres, siempre puedes preparar una versión casera sencilla, versátil y perfecta para tus platos diarios.

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