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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) concluye que la leche, los huevos y la carne juegan un papel determinante a la hora de alcanzar un estándar de buena nutrición a nivel mundial. Esto se extrae de los resultados del estudio Contribución de los alimentos de origen animal terrestre a una dieta sana para mejorar la nutrición y la salud elaborado por la ONU tras analizar 500 estudios científicos y 250 documentos.
La investigación obtuvo como resultado que la leche, los huevos y la carne ayudan a “reducir el retraso en el crecimiento, la desnutrición, la anemia en las mujeres o el sobrepeso en la infancia”, entre otros casos. Esto es así, según el texto, porque estos alimentos “proporcionan nutrientes de alta calidad como vitaminas, minerales o ácidos grasos de especial valor” para el organismo.
Los expertos que han realizado el estudio concretan que existen “evidencias científicas” sobre una tendencia en personas de edad avanzada residentes en países de altos ingresos que gozan de buena salud muscular gracias al consumo de carne roja o, por ejemplo, que las mujeres en edad reproductiva que consumen dos huevos al día reciben un mayor aporte de selenio y vitamina B12.
La investigación llevada a cabo por la Organización para la Alimentación de la ONU se considera el análisis más completo hasta la fecha sobre los beneficios y los riesgos el consumo de alimentos de origen animal, además de señalar a la leche, los huevos y la carne como una fuente de nutrientes. Para realizar este estudio, un equipo científico ha analizado la contribución de los tres alimentos seleccionados a mejorar la salud y la nutrición. Uno de los primeros resultados obtenidos fue “la desigualdad en la cantidad consumida de alimentos de origen animal entre grupos poblaciones”.
Otra de las conclusiones del texto elaborado por la FAO es que, en la legislación alimentaria y agrícola y las políticas de nutrición, existe “una casi ausencia total” a la hora de recomendar el consumo de alimentos de origen animal. En líneas generales, las guías de alimentación que recojan carne, huevos o leche como hábito saludable son “escasas”. Además de esto, no se tiene en consideración la ingesta de “nutrientes y micronutrientes más allá de una medición cuantitativa”, sin tener en cuenta sus valores.
El estudio reconoce que existe “un vacío de conocimiento” a la hora de investigar sobre el consumo de alimentos de origen animal tanto por encima como por debajo de los niveles recomendados. Los expertos adelantan que en este tipo de comportamientos puede encontrarse “la brecha” que permite la existencia de “deficiencias nutricionales en personas obesas, con sobrepeso o algún tipo de patología no contagiosa”.
Finalmente, la FAO expone en su investigación que la biodisponibilidad es un “factor fundamental a la hora de alcanzar un objetivo global de nutrición adecuada y dieta sana”, ya que minerales como el hierro o el zinc son más digeribles al unirse a compuestos más biodisponibles. Esto, como explica el texto, ocurre con mayor frecuencia en alimentos de origen animal y no vegetal. Además, la leche o la carne permiten contrarrestar los antinutrientes que bloquean la absorción de nutrientes.