Falsos mitos de la alimentación.

10 falsos mitos sobre la alimentación

Internet se sigue empleando como un vehículo para difundir falsos mitos sobre nutrición y alimentación. Hoy venimos a desmentir algunos de los mitos más asentados entre la sociedad.

4 agosto 2022

Falsos mitos de la alimentación.

Internet y las redes sociales han aportado un sinfín de beneficios para la sociedad. Sin embargo, también se han utilizado (y se siguen empleando) como un vehículo para difundir falsos mitos sobre nutrición y alimentación. En este artículo de Mundo Lácteo, desmontamos algunos de los grandes mitos de la alimentación que llevan décadas entre nosotros.

La leche es un alimento con una alta densidad nutricional imprescindible para el correcto desarrollo y funcionamiento del organismo. La leche contiene vitaminas, minerales, proteínas, agua, hidratos de carbono y grasas saludables. Uno de los mayores falsos mitos de la historia es que la grasa de la leche es perjudicial para la salud, pero esto no es así. Como ya explicamos en otro artículo de Mundo Lácteo, la grasa de la leche es una excelente fuente de energía con propiedades antibacterianas y antivíricas, y, además, contiene ácidos grasos esenciales que intervienen en el sistema nervioso y en la retina ocular.

  • El pan engorda.

Pan.

No, el pan no engorda, siempre y cuando sea consumido en cantidades moderadas. Al igual que la leche, es una excelente fuente de energía gracias a su aporte de hidratos de carbono complejos. Además, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) indica que el pan es una fuente interesante de proteínas de origen vegetal, y de minerales y vitaminas del grupo B (B1, B2 y B6).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de 250 gramos de pan al día. El pan integral no va a ayudar a perder el peso deseado, pero sí tiene un efecto saciante superior gracias a la fibra. En definitiva, el pan no engorda, pero sí los ingredientes con los que se acompaña.

  • La leche desnatada tiene menos calcio que la entera. 

La leche entera, semidesnatada y desnatada contribuyen a completar las necesidades nutricionalesde calcio al día, establecidas en función del sexo y de la edad. La grasa de la leche contiene minerales y vitaminas, que estas últimas disminuyen durante el proceso de desnatado de la leche. Sin embargo, la leche desnatada contiene la misma cantidad de calcio que la entera. Si nos fijamos en la etiqueta nutricional de ambas variedades, comprobamos que ambas aportan 120 mg de calcio por cada 100 mililitrosde producto.

  • Es malo cenar hidratos de carbono.

Los alimentos ricos en hidratos de carbono también son una excelente opción, ya que mientras dormimos continuamos gastando energía. Si bien, es importante evitar consumir estos alimentos justo antes de dormir, ya que empeorarán la calidad del sueño, y más si contienen azúcares añadidos. Además, otra clave para evitar digestiones pesadas u otros trastornos digestivos consiste en controlar el consumo de hidratos de carbono, y no irse a la cama con el estómago excesivamente lleno. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que los hidratos de carbono deben representar entre un 55 y 60% del aporte calórico total.

  • Beber agua entre las comidas puede engordar.

Beber agua.

Este es uno de los falsos mitos más extendido. Pero no, el agua no engorda, ya que no contiene calorías. Nuestro organismo está compuesto por cerca de un 60% agua, por lo que el agua es un líquido esencial para garantizar su correcto funcionamiento y desarrollo. Consumir agua entre cada comida tiene poderes saciantes, que ayudan en dietas de adelgazamiento al sentir el estómago más lleno. El consumo de agua también ayuda a aliviar la fatiga, contribuye a mejorar la digestión, evita el estreñimiento, reduce el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares y regula la temperatura del organismo.

  • Saltarse las comidas ayuda a adelgazar. 

Saltarse comidas (desayuno, comida o cena) no hace ningún bien al organismo. Si el objetivo es perder peso, saltarse el desayuno, la comida o la cena, en el caso de no seguir una correcta dieta de ayuno, va a provocar el efecto contrario, puesto que el organismo activa el “modo ahorro” y almacena grasa para poder tener reservas de energía. Además, provoca que el organismo genere más insulina (una hormona que regula la cantidad de glucosa en sangre) y se tenga más apetito, e incluso ralentice el metabolismo.

  • Los alimentos integrales engordan menos. 

El Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) aclara que los alimentos integrales y los refinados presentan la misma cantidad de calorías. Si bien, los productos integrales tienen una mayor cantidad de fibra, mientras que los refinados o ultra procesados poseen altos niveles de azúcares, que influyen negativamente en la salud. Los expertos recomiendan priorizar alimentos integrales, siempre y cuando se realice un consumo responsable, ya que la fibra tiene un efecto saciante, que ayuda a controlar el peso, a regular el tránsito intestinal y a reducir los niveles de colesterol total.

  • Los alimentos pierden sus propiedades cuando son congelados.

Los alimentos mantienen todas sus propiedades cuando son congelados. Es esencial manipularlos con cuidado y siguiendo unas normas básicas de higiene, ya que los microorganismos paralizan su actividad cuando los alimentos están congelados, pero cuando se realiza el proceso inverso, retoman su actividad. Además, es imprescindible que los alimentos estén en buen estado cuando vayan a ser congelados.

  • El café contribuye aumentar la tensión arterial

No existe ninguna evidencia científica que relacione el consumo de café con el aumento de la tensión arterial, según estudio realizado por la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Maryland).

  • El desayuno es la comida más importante del día. 

Café.

Esta frase la hemos escuchado a lo largo de toda nuestra infancia y adolescencia, pero no es del todo cierto. Existe un consenso entre científicos que aboga por la importancia de mantener el hábito de desayunar para lograr un equilibrio de nutrientes a lo largo del día. Uno de los grandes argumentos de los expertos es que el desayuno ayuda a mejorar el rendimiento de los más jóvenes, pero lo cierto es que lo más importante es seguir una dieta variada y equilibrada de forma general.

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