¿Son necesarios los lácteos en la alimentación?

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Los lácteos forman parte de la alimentación humana desde hace siglos, concretamente desde el Neolítico, cuando con la domesticación de animales y el inicio de la ganadería se aprendieron prácticas de ordeño y conservación de la leche de animales como cabras, vacas y ovejas. Sin embargo, hay que avanzar hasta la década de 1950, el año 1958 exactamente, para situar los primeros controles de calidad de fabricación y comercialización de la leche. Ahora bien, ¿son necesarios los lácteos en la alimentación?

Actualmente, la importancia de la leche en nuestra dieta diaria sigue siendo capital. Los productos lácteos ocupan un lugar destacado dentro de una alimentación saludable y equilibrada. Por eso, es necesario comprender por qué estos alimentos son tan importantes para nuestra salud y bienestar.

¿Por qué es importante tomar lácteos?

Los lácteos son una fuente de nutrientes, agua, minerales, vitaminas, proteínas y azúcares esenciales para el ser humano. Las proteínas lácteas según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura son de alto valor biológico, gracias a su calidad proteica.

Su combinación de proteínas, vitaminas y minerales son fundamentales para el correcto crecimiento y desarrollo de los seres humanos durante todas las etapas vitales.

Consumir lácteos aporta, entre otras: proteínas, calcio, fósforo, vitamina A, vitamina D, vitamina B12, riboflavina, magnesio y zinc. Todo ello hace de los lácteos productos necesarios en la alimentación.

¿Cuál es la función de los lácteos en el organismo?

Los lácteos desempeñan un papel fundamental en el suministro de energía al organismo o la reducción del cansancio y la fatiga debido a sus nutrientes y minerales. ¿Quieres saber todo lo que aportan los lácteos?

• Fuente de energía. Los lácteos contienen lactosa, un azúcar que proporciona energía de liberación lenta. Así, el cuerpo puede mantener la energía durante horas. Por eso es tan beneficioso consumir productos lácteos para mantener la concentración al estudiar o al practicar deporte.
• Mejora del rendimiento físico. Las proteínas de alta calidad presentes en los lácteos son un importante aliado para aumentar el rendimiento físico y reducir los tiempos de recuperación muscular después de hacer ejercicio.
• Reducción de la fatiga y el cansancio. Los productos lácteos permiten reponer los electrolitos perdidos durante actividades físicas intensas, reduciendo la sensación de fatiga y cansancio que se experimenta tras practicar ejercicio.
• Fortalecimiento del sistema inmunológico. El zinc y la Vitamina A son componentes de la leche y su papel es el del fortalecimiento del sistema inmunológico, de modo que refuerzan las defensas del organismo frente a enfermedades y amenazas externas.

Beneficios de consumir productos lácteos

Incluir productos lácteos en nuestra alimentación diaria trae consigo una serie de beneficios para la salud que detallamos a continuación.

• Fortalecimiento de los huesos y dientes. El calcio es uno de los componentes esenciales de la leche y ayuda a mantener y desarrollar una estructura ósea fuerte. Además, la vitamina D permite una mejor absorción de este mineral para maximizar la acción del calcio en huesos y dientes.
• Control de peso. Las propiedades saciantes de los productos lácteos son un gran aliado a la hora de mantener un peso saludable, puesto que se reduce la ingesta de alimentos. La cantidad de nutrientes de la leche es mayor que su contenido calórico, por lo que es un alimento que incluir en dietas para lograr perder peso.
• Disminución de riesgos cardiovasculares. Los péptidos lácteos o el potasio presentes en la leche son beneficiosos en la reducción de la presión arterial.
• Mejor salud digestiva. El yogur, entre otros productos lácteos, contiene bacterias beneficiosas para el intestino conocidas como probióticos, que se encargan de cuidar y fortalecer la flora intestinal.
• Piel más hidratada y saludable. Las vitaminas A, E y el zinc que se encuentran en la leche contribuyen a lucir una piel más sana, reduciendo problemas de cicatrización o inflamación cutánea.

¿Qué enfermedades previene el consumo de productos lácteos?

El consumo regular de lácteos puede desempeñar un papel importantísimo en la prevención de diversas enfermedades crónicas y otros problemas de salud. Por ello, el consumo de lácteos es tan necesario en nuestra alimentación, ya que ayuda a proteger la salud y el bienestar general.

• Osteoporosis y enfermedades óseas. La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por la disminución de la masa ósea. El consumo de calcio puede prevenir la pérdida de densidad ósea y con ello, el desarrollo de osteoporosis y el aumento del riesgo de sufrir fracturas.
• Hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares. Los lácteos contienen péptidos bioactivos que mejoran la salud del sistema cardiovascular en general. Consumir lácteos, especialmente los bajos en grasa, ayuda a reducir el riesgo de padecer hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, tal y como recogen estudios publicados en la prestigiosa The Lancet.
• Déficit de vitamina D. La carencia de vitamina D puede estar asociada a enfermedades óseas, trastornos autoinmunes o enfermedades cardiovasculares. Los lácteos con vitamina D ayudan a prevenir esta falta de vitamina y garantizan niveles óptimos en el organismo, promoviendo así una buena salud ósea.
• Diabetes tipo 2. Los lácteos, y en concreto las grasas específicas de los productos lácteos, pueden ayudar a regular los niveles de glucosa en sangre y reducir la resistencia a la insulina, lo que ayuda a prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2.
• Síndrome metabólico. Atendiendo a los estudios publicados en la revista Advances in Nutrition, una de las publicaciones más importantes en el área de la nutrición a nivel mundial, la ingesta de productos lácteos bajos en grasa se asocia a un riesgo menor de padecer síndrome metabólico.
• Cáncer. Según un estudio llevado a cabo por investigadores del CIBEROBN, de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili y IISPV, el calcio podría tener efectos antitumorales y otros componentes de la leche como el ácido butírico, la lactoferrina, el ácido linoleico conjugado y la vitamina D en los lácteos fortificados también podrían tener un efecto protector ante el cáncer colorrectal.

Podemos concluir que la leche, por su composición y perfil nutricional, es uno de los alimentos más completos que existen y su inclusión en la dieta diaria es necesaria y beneficiosa para la salud y la prevención de enfermedades.