La leche es un alimento muy completo que aporta proteínas, grasas, minerales y vitaminas A, D y B. El consumo de leche es fundamental no solo durante el crecimiento y desarrollo de los niños, sino durante todas las etapas de la vida.
La revista científica Nutrición Hospitalaria señala que en los últimos años ha surgido cierta controversia alrededor de la leche y sus “posibles efectos perjudiciales”. Esta “moda”, que no está avalada por estudios científicos, ha llevado a que el consumidor disminuya el consumo de este alimento. El consumo de la leche y otros productos lácteos afecta directamente a los niveles de minerales imprescindibles, como el calcio, y de vitaminas.
En este artículo de Mundo Lácteo, analizaremos qué es la vitamina D, cuáles son los alimentos que presentan una mayor cantidad de este nutriente y porqué es importante la vitamina D de la leche.
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La leche, un alimento muy completo
La leche es un alimento fundamental en la dieta mediterránea, ya que aporta numerosos beneficios para la salud. Nutrición Hospitalaria apunta que el consumo de leche y derivados aumentó progresivamente a partir de los años 50, como consecuencia de los avances en los procesos de higienización que permitieron una mayor disponibilidad de estos productos.
Según señala el Ministerio de Consumo y de Alimentación, la leche constituye el mejor aporte de calcio, proteínas y otros nutrientes necesarios para la formación de los huesos y de los dientes. De hecho, el alto contenido en proteínas ayuda a controlar problemas relacionados con el sobrepeso y la obesidad. Asimismo, contribuye a evitar la aparición de enfermedades cardiovasculares.
La leche y los derivados lácteos aportan numerosas vitaminas necesarias para el desarrollo de distintas funciones del organismo. Las vitaminas presentes en estos alimentos se clasifican en dos grupos: liposolubles (A, D y E) e hidrosolubles (B2, B1, B6, B9, B12).
Qué es la vitamina D y cuáles son sus principales beneficios
La vitamina D es una vitamina liposoluble esencial para el correcto funcionamiento del organismo. Esta es sintetizada principalmente a través de la piel. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una exposición solar diaria controlada entre 10 y 15 minutos. Es importante utilizar protector solar para proteger la piel de los efectos nocivos de las radiaciones solares.
Asimismo, existen ciertos alimentos que ayudan a alcanzar la dosis diaria recomendada. El National Institutes of Health señala que la vitamina D facilita la absorción de calcio y ayuda a prevenir la osteoporosis, una enfermedad que hace que los huesos sean más finos y débiles.
La vitamina D fortalece el sistema inmunológico y lo protege contra diferentes virus, como la gripe o el resfriado común. Minimiza el riesgo de padecer esclerosis múltiple, juega un papel importante en el mantenimiento de la función cognitiva y disminuye el riesgo de presión arterial alta y de enfermedades cardiacas.
¿Qué alimentos son ricos en vitamina D?
La vitamina D está presente de forma natural en pocos alimentos. Es frecuente encontrar productos enriquecidos con este nutriente en los supermercados o tiendas. A continuación, mostramos algunos de los productos ricos en vitamina D:
- Pescados grasos. La trucha, el salmón, el atún y la caballa son fuente de vitamina D, de proteínas y de Omega 3. La Fundación Española de la Nutrición (FEN) sostiene que una ración de salmón puede aportar el total de la cantidad diaria recomendada.
- El hígado. La carne de hígado, de conejo o de ternera, es rica en este nutriente.
- Lácteos. Los pescados grasos son los alimentos que presentan mayores cantidades de vitamina D. Sin embargo, los lácteos (leche, yogur, mantequilla, queso…) también aportan una cantidad moderada de vitamina D. Es frecuente encontrar estos productos enriquecidos.
- Huevos. La yema de los huevos también presenta niveles bastante altos de vitamina D. La revista científica Nutrición Hospitalaria señala que el consumo de huevos previene la aparición de deficiencia de vitamina D en escolares de 9 a 12 años.
- Setas. El National Institutes of Health señala que la cantidad de vitamina D en hongos aumenta si estos son expuestos al sol antes de consumirlos.
Junto a estos alimentos naturales, existen suplementos que ayudan a mejorar los niveles de vitamina D en el organismo. Es importante consultar con el médico de cabecera para realizar los análisis de sangre necesarios de cara a comprobar los niveles de vitamina D que en cada momento puede tener nuestro organismo.
¿Cuánta vitamina D necesita el organismo?
El estudio ANIBES, realizado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN), señala que el 94% de los españoles no consume suficiente vitamina D. Para alcanzar la cantidad diaria recomendada por los expertos existen tres vías: a través de la exposición solar controlada, a través de alimentos ricos en este nutriente y a través de suplementos recomendados por los sanitarios.
Los diferentes estudios científicos que avalan el efecto positivo de la vitamina D en la salud ósea, muscular e inmunológica ha llevado a aumentar las cantidades diarias recomendadas. (ENLAZO CUANDO SALGA EN LA WEB) Como ya publicamos en Mundo Lácteo, el requerimiento de vitamina D depende de la edad y de las necesidades específicas de cada individuo:
Etapa de la vida | Cantidad recomendada |
Bebés hasta los 12 meses | 10 mcg |
Niños de 1 a 13 años | 15 mcg |
Adolescentes de 14 a 18 años | 15 mcg |
Adultos de 19 a 70 años | 15 mcg |
Adultos mayores de 71 años | 20 mcg |
Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia | 15 mcg |
Las mujeres lactantes, las personas mayores y las personas con enfermedad inflamatoria intestinal pueden presentar déficit de vitamina D. Los requerimientos en ciertas etapas de la vida, la edad de la persona o enfermedades influyen en la absorción de este nutriente. A mayor edad, existe mayor riesgo de desarrollar insuficiencia de vitamina D, puesto que la piel no sintetiza correctamente este nutriente.
¿Cuáles son los síntomas del déficit de vitamina D?
La carencia de vitamina D rara vez manifiesta síntomas claros. Los síntomas incluyen fatiga, debilidad muscular y dolor en los huesos. Un estudio de la Universidad de Wisconsin señala que aquellas personas con una deficiencia severa de vitamina D tienen mayor riesgo de padecer osteoporosis, debilidad en los huesos, fracturas óseas (a partir de los 65 años) y raquitismo.
¿Por qué es importante el consumo de vitamina D de la leche en el desarrollo óseo?
Los minerales y las vitaminas presentes en los productos lácteos juegan un papel fundamental en la formación de la estructura ósea y de los dientes. Como señala Nutrición Hospitalaria, también son necesarios “para procesos metabólicos tales como la producción de energía, la absorción de nutrientes y la formación de proteínas, entre otros”.
La absorción del calcio está influenciada por la presencia de vitamina D. Por ello, es importante saber que si la ingesta de calcio disminuye, también puede disminuir la densidad mineral ósea. Esto provoca que los huesos sean más débiles y más susceptibles a sufrir fracturas.
Nutrición Hospitalaria señala que la suplementación con vitamina D y calcio puede prevenir las fracturas en hombres mayores y en mujeres posmenopáusicas.
La vitamina D y el crecimiento
Nutrición Hospitalaria señala que algunos de los componentes de la leche (vitaminas, minerales y otros compuestos bioactivos) son fundamentales durante la etapa de crecimiento y de desarrollo.
De hecho, el estudio Dairy consumption and female height growth: prospective cohort study de la Universidad de Harvard confirma que el consumo de productos lácteos, y en particular de las proteínas de la leche, ejercen efectos positivos en el crecimiento lineal no solo en los primeros años de vida, sino también niños con edades más avanzadas.
Por este motivo, los expertos de Nutrición Hospitalaria coinciden en la importancia de vigilar el consumo de leche y productos lácteos en la infancia. Un estudio ratificó que el consumo de leche influye en el crecimiento de niños. Este informe señala que las niñas que bebieron tres vasos de leche al día (750 ml), desde los 10 años hasta la edad adulta, crecieron 2,3 cm más, frente a las que consumieron un vaso.