El yogur griego es conocido por su consistencia más densa y cremosa en comparación con otros yogures tradicionales.

Yogur búlgaro: tradición, salud y mucho sabor

El yogur búlgaro, conocido en su país de origen como kiselo mlyako (leche agria), se ha convertido en todo un símbolo de la identidad de Bulgaria

Publicado: 21 abril 2022 | Contenido actualizado: 8 agosto 2025

El yogur griego es conocido por su consistencia más densa y cremosa en comparación con otros yogures tradicionales.
El yogur griego es conocido por su consistencia más densa y cremosa en comparación con otros yogures tradicionales.

El yogur búlgaro, conocido en su país de origen como kiselo mlyako (leche agria), es un producto lácteo que se ha convertido en todo un símbolo de la identidad de Bulgaria y una de las joyas más valiosas del universo lácteo tradicional.  

Hoy te invitamos a descubrir por qué el yogur búlgaro es considerado uno de los más saludables del mundo, cómo se elabora, qué lo hace único y por qué deberías probarlo si aún no lo has hecho. 

Origen con sello búlgaro

El yogur búlgaro no nació en una fábrica ni fue el resultado de una moda pasajera. Su origen se remonta a tiempos inmemoriales, hace más de 6.000 años, cuando los pastores nómadas de los Balcanes conservaban la leche en odres de piel, y la fermentación natural, impulsada por las condiciones climáticas y los microorganismos presentes en el ambiente, daba lugar a un producto espeso, ligeramente ácido y sorprendentemente duradero. 

Con el paso de los siglos, este método se perfeccionó hasta convertirse en una tradición profundamente arraigada en el día a día de los hogares búlgaros. Hoy, el yogur búlgaro es parte fundamental de su gastronomía, pero también de su cultura. 

¿Qué lo hace diferente? 

Una combinación microbiana única

Lo que realmente distingue al yogur búlgaro de otros yogures del mundo es la combinación específica de dos bacterias: Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus y Streptococcus thermophilus. Juntas crean una sinergia perfecta que fermenta la leche de manera natural y le confiere su sabor y textura característicos. 

Además, la combinación de estas bacterias solo se desarrolla en condiciones muy concretas, lo que hace que el auténtico yogur búlgaro conserve propiedades difíciles de replicar en otros lugares. 

Una textura y un sabor muy particular

A diferencia del yogur griego, que suele ser más denso y cremoso, el yogur búlgaro es más fluido, con una textura suave y un sabor más ácido. Esta acidez no solo es agradable al paladar, sino que es señal de una fermentación activa y viva. 

El suero, presente en la parte superior del yogur búlgaro tradicional, no se elimina, al contrario, se considera una fuente rica en nutrientes y parte esencial del resultado final del producto. 

¿Cómo elaborar el mejor yogur del mundo?

Aunque existen versiones industriales del yogur búlgaro, su verdadero encanto está en la elaboración casera, que muchas familias búlgaras siguen practicando día tras día. 

Te explicamos paso a paso la receta: 

  1. Primero toca calentar la leche. Calienta la leche fresca, de vaca, cabra u oveja, hasta los 85 ºC. Así eliminas bacterias no deseadas y pasteurizas la leche. 
  2. Una vez alcanzados los 85 ºC, enfría la leche a unos 42 ºC, que es la temperatura ideal para la fermentación. 
  3. Ahora, es el turno de añadir una pequeña cantidad de un yogur búlgaro comercial que contenga cultivos vivos. Actuará como el cultivo iniciador para la fermentación. 
  4. Toca fermentar. Deja la mezcla a 42 ºC durante seis horas para que fermente. Durante este tiempo, las bacterias lácticas del cultivo iniciador convierten la lactosa en ácido láctico, lo que da lugar a la textura y el sabor del yogur. 
  5. Una vez termine de fermentar, refrigera el yogur para detener el proceso de fermentación. 
  6. Y listo, ahora el yogur está fresco, ácido y cargado de probióticos naturales, listo para consumir. 

Este método sencillo, transmitido de generación en generación, es parte de la razón por la cual el yogur búlgaro conserva un aura de autenticidad muy difícil de igualar. 

Numerosos beneficios para la salud:

El yogur búlgaro no solo es delicioso, sino que también ofrece una larga lista de beneficios para la salud, gracias a su fermentación viva y natural. 

  • Mejora la salud digestiva: Gracias a su alta concentración de probióticos, ayuda a equilibrar la microbiota intestinal, mejorando la digestión y reduciendo molestias como la hinchazón o el estreñimiento. 
  • Refuerza el sistema inmunitario: Los probióticos presentes en el yogur búlgaro ayudan a fortalecer las defensas naturales del cuerpo, aumentando la resistencia frente a infecciones y enfermedades. 
  • Es fuente de calcio: Como todo buen producto lácteo, el yogur búlgaro aporta gran cantidad de calcio, en el caso del yogur búlgaro 110 mg por cada 100 g. Esto es fundamental para mantener unos huesos y dientes fuertes. 
  • Facilita la asimilación de la lactosa: Al igual que los yogures clásicos, debido a que tiene menos cantidad de lactosa, genera menos problemas a las personas intolerantes, lo que facilita su digestión. 

Consumir yogur búlgaro con frecuencia es muy sano para la salud general, ya que refuerza tus defensas y te da ese chute extra para el bienestar de tu salud. 

Formas típicas de consumirlo en Bulgaria

En Bulgaria, el yogur búlgaro se consume de muchas maneras, y todas ellas tienen su encanto. Algunas de las más conocidas son: 

  • Solo: sin azúcar ni aditivos, para aprovechar al máximo sus beneficios. 
  • Con miel y nueces: una combinación clásica que equilibra su acidez y dulzor. 
  • En la sopa fría, conocida como “tarator”: hecha con pepino, ajo, eneldo, nueces y yogur diluido, sin duda, una delicia veraniega. 
  • En salsas o batidos: como base para bebidas fermentadas refrescantes y ligeras. 
  • Como postre o desayuno: con frutas frescas, cereales o mermelada casera. 

En todos los casos, siempre se respeta el sabor original del yogur. 

 

El yogur búlgaro es mucho más que un simple producto lácteo. Es el resultado de siglos de tradición, de un respeto profundo por los procesos naturales y de una cultura que entiende la alimentación como un acto íntimo, cuidado y nutritivo. 

Incluir yogur búlgaro en nuestra dieta diaria no solo significa disfrutar de un sabor diferente, sino también reconectar con lo esencial: alimentos reales, vivos y hechos con esmero. En un mundo cada vez más industrializado, productos como este nos recuerdan que la salud, el sabor y la tradición aún pueden ir de la mano. 

Así que, si aún no lo has probado, anímate. Tu cuerpo y tu paladar te lo agradecerán.

Destacados

Relacionados

¿Qué es la lactosa?

La lactosa es conocida como “el azúcar de la leche” y es un disacárido, es decir, un azúcar compuesto por dos monosacáridos: la glucosa y la galactosa.

Todo lo que necesitas saber de la lactosa en la leche materna

La leche materna brinda todo lo necesario para el correcto desarrollo físico y neurológico del bebé en su primera etapa de vida.

Cuajada: un alimento tradicional lleno de propiedades

Un alimento tradicional y versátil que contiene un alto valor nutricional y numerosas propiedades.

/
Nuestra puntuación
¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 1 Promedio: 5)