Los ganaderos y sindicatos de agricultores están de nuevo en pie de guerra por los precios de la leche que la industria láctea les abona. El conflicto se ha reavivado este año, desencadenado por el encarecimiento de las materias primas, de la electricidad y del combustible, que compromete la viabilidad de las explotaciones ganaderas, pero viene de antiguo. El origen y las causas están muy lejos de los prados y los establos.
Contenidos
- 1 ¿Cuál es el origen del conflicto?
- 2 ¿Qué demandan los ganaderos?
- 3 ¿Qué dice la industria láctea?
- 4 ¿Cuál es el papel del Gobierno?
- 5 ¿Ha solucionado el problema la Ley de Cadena Alimentaria?
- 6 ¿Qué opinan las distribuidoras?
- 7 ¿Subirá el precio de la leche en el supermercado?
- 8 ¿Qué marcas han decidido subir los precios?
¿Cuál es el origen del conflicto?
El actual conflicto lácteo tiene su detonante en el incremento de los precios de la energía y su lógico traspaso al transporte y al combustible, entre otros costes de producción. Pero también al encarecimiento de las materias primas, como la alimentación del ganado o los productos agrícolas con los que se generan las plantaciones para forrajes. Esto unido al incremento de los costes de la gestión ambiental, ha provocado el estallido de los ganaderos.
Sin embargo, el conflicto ha existido casi desde siempre, al menos desde el nacimiento de la industria láctea. Los ganaderos han luchado siempre, puntualmente con protestas, por lograr un mejor precio de la leche en origen.
¿Qué demandan los ganaderos?
Un precio “justo” por el precio de la leche en origen y suficiente para lograr ganaderías sostenibles. Actualmente los ganaderos reciben de la industria láctea unos 32 o 35 céntimos por litro de leche recogida en sus explotaciones. Sin embargo, sus costes se han elevado en los últimos meses hasta los 40 céntimos por litro. Sólo para trabajar sin perder dinero, el precio que deberían cobrar es de 8 u 5 céntimos más por litro, y por encima de esa cifra para poder obtener un lógico margen por su trabajo.
Las leches de marca blanca que venden cadenas de distribución en los supermercados apenas ascienden a 60 céntimos por litro, 10 por debajo de lo que los productores consideran necesario para garantizar la viabilidad del sector ganadero.
¿Qué dice la industria láctea?
Los representantes de las industrias lácteas como la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) o la Organización Interprofesional Láctea (Inlac) comprenden las demandas de los ganaderos y reconocen que mientras que los precios de la leche en origen han subido lentamente desde 2017, los costes se han incrementado muy por encima de esa cifra. Sin embargo, responsabilizan de este problema a las distribuidoras, las cadenas de supermercados, que “tensionan los precios al consumidor a la baja”. Explican que los precios al consumidor de la leche líquida y los yogures apenas han subido desde 2014 y alegan que las distribuidoras y grandes cadenas de supermercados venden sus productos de marca blanca por debajo del coste como una forma de atraer público a sus centros comerciales.
El dinero que pierden con esta práctica se compensa con los márgenes que obtienen en otras familias de productos, ya que se entiende que los consumidores entran atraídos por el precio de la leche compran más productos. La industria entiende que esta práctica es desleal al trasladar los ingresos de los productos lácteos a otros sectores.
¿Cuál es el papel del Gobierno?
El Gobierno aprobó la Ley de Cadena Alimentaria, que entró en vigor el 3 de enero de 2014 para fomentar una formación de precios de los productos agroalimentarios a lo largo de la cadena de valor. La ley establecía un sistema mixto de regulación y autorregulación de las relaciones comerciales, basado en recomendaciones de la Comisión Europea, el Foro de Alto Nivel sobre la Mejora del Funcionamiento de la Cadena Alimentaria y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. El objetivo era reforzar la competitividad del sector agroalimentario español, prohibir la venta a pérdidas y reducir los posibles desequilibrios entre los diferentes operadores, facilitando unas condiciones para una competencia más justa.
¿Ha solucionado el problema la Ley de Cadena Alimentaria?
La ley no se ha mostrado eficaz para resolver el eterno problema de los precios de la leche, entre otros productos agroalimentarios, como demostró un reciente estudio del Observatorio de la Cadena Alimentaria. Por eso, la industria láctea reclama prohibir la venta de leche a pérdidas, compensada con otros productos de venta en supermercados. El Gobierno ha promovido un cambio de la Ley de Cadena Alimentaria para prohibir esta venta a pérdidas que acaba de superar su tramitación en el Senado. Ahora tendrá que superar la votación definitiva en el Congreso de los Diputados antes de ser publicada en el Boletín del Estado (BOE), momento en que entrará en vigor.
¿Qué opinan las distribuidoras?
Las asociaciones de distribuidores y grandes cadenas de alimentación han mantenido un perfil bajo en todo este conflicto aunque ya han advertido de la previsible subida de precios como consecuencia del alza de los costes de materias primas y la energía. Agrupaciones como la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) advierten así de su escaso margen para “contener la subida de la inflación”. La Asociación de Empresas de Supermercados (ASEDAS) destaca su predisposición a “ayudar a que todo el sector sea sostenible”, pero, apostilla: “Sin que los consumidores se vean perjudicados por problemas estructurales de la cadena de valor de la leche en España”. ASEDAS alega en su defensa que quien compra la leche a los ganaderos “es la industria”.
¿Subirá el precio de la leche en el supermercado?
Es probable que en los próximos meses se produzca una subida general de los precios de la leche y los derivados lácteos que traslade el incremento de los costes de producción, como en otros muchos productos y alimentos de primera necesidad. Esta subida será más o menos apreciable en función de la entrada en vigor de la reforma de la Ley de Cadena Alimentaria antes mencionada. Sin embargo, hay algunas marcas que han decidido responder a las críticas de las organizaciones de ganaderos y sindicatos agrarios con la aceptación de una subida de precios de la leche en origen.
¿Qué marcas han decidido subir los precios?
Pascual ha anunciado recientemente que adelantará a este año la subida de precio de la leche en 10 euros por tonelada recogida (1 céntimo por litro), que tenía prevista para el primer trimestre de 2022. Ahora la adelanta a este ejercicio. La medida fue bien recibida por el sector (Asociación Láctea Empresarial), que la considera un acto de buena voluntad de cara a la negociación para el año que viene.
Mercadona, que según algunas fuentes, concentra el 30% de la cuota de mercado de leche líquida bajo su marca blanca o de distribuidor, anunció el pasado verano un alza de 1 céntimo en el precio que paga a los ganaderos, una medida que dividió al sector entre quienes la aplaudieron y quienes la consideraron insuficiente. La cooperativa gallega CLUN anunció también un alza de los precios en verano. Mientras, industrias lácteas de otros países de Europa, como Irlanda y Francia, anunciaron recientemente subidas en los precios que pagan a los ganaderos, hasta rondar los 38-40 céntimos por litro.