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La Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria advierte de un repunte de raquitismo en niños y adolescentes, el retorno de una enfermedad ya superada y que no era común en los países desarrollados. El déficit de vitamina D, consecuencia de lactancias prolongadas, mala alimentación y falta de exposición solar, está detrás del empeoramiento en la salud infantil. Los suplementos alimenticios son una posibilidad, pero este mineral se encuentra también en fuentes naturales. Pero, ¿qué es la vitamina D, cuáles son sus efectos y cómo puedes añadirla a la dieta?
Contenidos
¿Qué es la vitamina D?
La vitamina D, también conocida como calciferol, es una vitamina imprescindible en todas las etapas de la vida y especialmente durante la infancia y adolescencia. Es la encargada de la formación correcta del esqueleto, la musculatura, el aparato locomotor, la dentadura y de facilitar la absorción de calcio por vía intestinal. Esta vitamina también es conocida como la vitamina del sol, ya que se puede obtener mediante la exposición de los rayos ultravioletas presentes en la radiación solar, pues incita al cuerpo a producir su propia vitamina D.
Este mineral también es crucial a la hora de reforzar dos elementos fundamentales para hablar de una persona sana: el sistema inmunológico y la salud mental. El calciferol está detrás de una mejora en la velocidad y calidad de respuesta en el sistema inmunológico, es decir, unas defensas más fuertes y rápidas. Además, personas con depresión presentan un nivel bajo de vitamina D, tanto como para hablar de deficiencia de calciferol.
Efectos de la vitamina D
La vitamina D es un aliado nutricional clave, ya que permite absorber y retener tanto el calcio como el fósforo presentes en otros alimentos. Esto incide de manera directa en la formación de un esqueleto sano, pero también en su mantenimiento. Unos correctos niveles de vitamina D permiten la regeneración y recuperación ósea, como soldar una fractura, al cuerpo humano.
Más allá de lo ligado con los huesos, la vitamina D opera con los órganos vitales. Está detrás de la regulación de los niveles de calcio y fósforo en sangre, la reabsorción del calcio perdido por vía renal, tiene efectos antienvejecimiento y recientes estudios apuntan a un efecto antitumoral.
Consecuencias de carencia de vitamina D
El déficit de vitamina D puede tener efectos permanentes en el ser humano, especialmente durante la etapa de crecimiento. La principal consecuencia de déficit de vitamina D es la pérdida de densidad ósea, lo que conlleva fracturas y roturas óseas con mayor facilidad. Además, el raquitismo se relaciona de manera directa con la carencia del calciferol. Esto afecta de manera especial a bebés y niños, que se ven privados de un crecimiento regular y sano. El raquitismo provoca que los huesos se ablanden y deformen por falta de calcio y fósforo. En la etapa adulta puede sufrirse también, aunque con el nombre de osteomalacia.
Recientes investigaciones indican que la vitamina D también está relacionada con la diabetes, la presión arterial alta o enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple. Otra dolencia ligada a la carencia del calciferol es la osteoporosis, la disminución de la densidad de los huesos por la pérdida de tejido. Esta enfermedad se vuelve crónica desde el momento de su manifestación.
Grupos de riesgo por déficit de vitamina D
Aunque la vitamina D sea un nutriente esencial para las personas de todos los grupos poblacionales, hay grupos de riesgo que pueden padecer efectos mucho más adversos en caso de déficit de este mineral. Estos son:
- Bebés lactantes, ya que la leche humana no es fuente de vitamina D.
- Niños en lactancia prolongada. Una lactancia prolongada puede generar la falsa sensación de alimentación completa, pero la falta de vitamina D en la dieta puede generar problemas.
- Niños con una dieta baja o exenta de lácteos, carnes y pescados.
- Niños de piel oscura, ya que poseen menor capacidad para absorber rayos ultravioletas de la radiación solar y producir vitamina D.
- Bebés y niños celiacos, ya que no absorben las grasas de manera adecuada.
- Personas con enfermedades o trastornos renales.
- Personas con trastorno de hiperparatiroidismo, relacionado con el nivel de calcio en el cuerpo.
- Personas con obesidad, incluidos niños, ya que la grasa corporal impide a la vitamina D entrar en la corriente sanguínea.
- Personas, incluidas niños, que tomen medicamentos corticoides, antimicóticos, anticonvulsivos o contra el VIH o sida.
Síntomas de déficit de vitamina D
- Fatiga y cansancio
- Pesimismo
- Estado de ánimo deprimido
- Excitabilidad
- Debilidad muscular
- Insomnio
- Antojo por comida dulce
- Caries
- Gingivitis
- Nerviosismo
Efectos de sobredosis de vitamina D
La sobredosis de vitamina D, o toxicidad por vitamina D, existe y puede ser muy perjudicial para la salud. En los casos más leves, las personas presentan náuseas, vómitos, falta de apetito, debilidad física, pérdida de peso en corto plazo y estreñimiento. El exceso de este mineral eleva la cantidad de calcio en sangre, lo cual está ligado con alteraciones mentales y provoca confusión y desorientación. Además, la sobredosis por calciferol afecta al ritmo cardíaco.
Los riñones son el principal órgano dañado en los casos de sobredosis de vitamina D, ya que se encarga de su absorción o disolución para expulsarla del cuerpo. El daño renal es delicado y puede acarrear consecuencias de muchos tipos, que deben ser diagnosticadas y tratadas por profesionales médicos. En el caso de los niños, los daños renales pueden acarrear problemas, como cálculos renales. Otras dolencias asociadas a la sobredosis de este mineral son los depósitos de calciferol en tejidos blandos como tendones, pulmones o el corazón.
Sin embargo, los casos de toxicidad por vitamina D ocurren con exceso de suplementos alimenticios de este nutriente. En ningún caso la exposición prolongada al Sol o la ingesta masiva de alimentos altos en este mineral tiene efectos adversos, ya que el cuerpo humano lo regula de manera automática.
¿Cómo obtener vitamina D en la infancia?
Además de los suplementos alimenticios, que deben suministrarse bajo prescripción médica y con unas dosis controladas, la vitamina D está presente en numerosos alimentos y se puede obtener de manera natural. Salvo casos clínicos que impidan la absorción de este nutriente por mecanismos del cuerpo humano o situaciones excepcionales, como confinamientos sufridos en la pandemia de Covid-19, el ser humano no presenta dificultades para asimilar la vitamina D. Los alimentos que son considerados fuente natural rica en este mineral son:
- Leche. Los lácteos son una de las principales fuentes de vitamina D, útil contra el raquitismo ya que presenta unos niveles altos de calcio también y son fácilmente digeribles.
- Mantequilla.
- Queso.
- Champiñones y setas shiitake.
- Pescados grasos. Tras los lácteos, la mejor opción para obtener vitamina D. Pescados como el salmón, el atún, la sardina o la caballa presentan altos niveles de este mineral y ligados a proteínas de fácil absorción.
- Conservas de pescado.
- Huevos. El huevo es una fuente de vitamina D fundamental, aunque se recomienda consumirlos hervidos para evitar una pérdida grande de este mineral.