Yogur natural.

Yogur griego vs. Yogur natural: ¿qué diferencias hay entre ellos?

Si tenemos que hablar de los dos yogures clásicos por excelencia, debemos hacerlo del yogur natural y del yogur griego, en sus versiones enteras y desnatadas.

12 agosto 2022

Yogur natural.
Ambas son opciones totalmente recomendables.

El yogur es un derivado lácteo que lleva entre nosotros una eternidad. Existe un sinfín de yogures dirigidos a todo tipo de públicos en función del sabor o de diversas  necesidades, como dietas bajas en grasa o libres de caseína, un tipo de proteína presente en la leche de vaca.

Si tenemos que hablar de los dos yogures clásicos por excelencia, debemos hacerlo del yogur natural y del yogur griego, en sus versiones enteras y desnatadas. Ambos aportan numerosos beneficios para la salud, pero son diferentes en cuanto a su perfil nutricional y a su textura. En este artículo de Mundo Lácteo hablaremos de la diferencia entre estos dos productos lácteos y analizaremos cuál de los dos es mejor para la salud.

El yogur, un marcador de la calidad de la dieta

No todos los yogures son igual de saludables. A priori puede parecer complicado no saber identificar qué tipo de yogures van a ser más recomendables, pero la clave está en evitar aquellos excesivamente azucarados o con aditivos o saborizantes. El yogur debe tener una lista de ingredientes muy sencilla: leche fermentada (de vaca, de cabra o de oveja) con Lactobacillus bulgaricus y Steptococcus thermophilus.

Aquí es donde entra en juego el yogur natural y el griego. El estudio Evidencia científica sobre el papel del yogur y otras leches fermentadas en la alimentación saludable de la población española, publicado en la revista científica Nutrición Hospitalaria, insiste en la importancia del consumo de lácteos en la rutina diaria, ya que “contienen proteínas de alto valor biológico y alta digestibilidad, grasa, hidratos de carbono, y vitaminas y minerales, especialmente calcio y fósforo”.

Por ello, tener cierta educación nutricional es esencial para saber elegir un buen yogur. Los azúcares añadidos pueden propiciar la aparición de diversas enfermedades cardiovasculares, sobrepeso u obesidad. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce; hoy en día muchos de los yogures griegos que venden en los supermercados contienen nata u otros componentes y en este artículo explicaremos el motivo por el cual no es necesario incluir este ingrediente.

Diferencias entre el yogur griego y el yogur natural

Calorías

Sin ser la diferencia más significativa entre ambos productos, el yogur griego presenta un contenido más alto en calorías que el yogur natural. El yogur griego aporta en torno a 80 calorías por cada 100 gramos, mientras que el yogur natural, 56 calorías. Esto se debe a que para la elaboración del yogur griego ha sido retirado gran parte del suero lácteo (un líquido blanquecino obtenido durante la coagulación de la leche para la elaboración de queso). Este proceso, además de reducir el volumen total del yogur, consigue aunar mayor cantidad de nutrientes, de minerales (calcio y potasio) y de vitaminas. 

Grasas y proteínas

Debido a este proceso que acabamos de explicar, el contenido del yogur griego en grasas y en proteínas siempre será superior al del yogur natural. Esto no quiere decir que el yogur griego sea mejor o peor que el yogur natural. Como ya hemos explicado en Mundo Lácteo, diversos estudios científicos evidencian la importancia de incluirlos en el día a día.

A la hora de elegir un yogur griego, es importante leer la lista de ingredientes de manera detenida, ya que en la gran mayoría de ocasiones es habitual encontrar ingredientes, como almidones modificados, leche en polvo, grenetina (conocida popularmente como gelatina), nata o crema de leche, entre otros. Aunque estos ingredientes aportan una textura más cremosa (algo que ya presenta este producto de forma natural gracias a su proceso de elaboración), no respetan la receta tradicional de este producto lácteo, elaborado con leche de oveja y cultivos lácticos. El yogur griego contiene entre un 6 y un 11% de materia grasa, “más del triple de grasa que un yogur natural clásico sin azúcar”.

Lactosa

El yogur griego, también conocido como Straggisto o Strained Yogur, pasa por un proceso de filtrado que permite eliminar la mayor parte del suero de leche presente en él. Por este motivo, el yogur griego puede ser consumido por personas con intolerancia a este tipo de azúcar presente de manera natural en la leche.

Un dato que no muchas personas conocen es que el yogur natural también puede formar parte de la dieta de personas con déficit de lactasa. La Organización Mundial de Gastroenterología (WGO) explica que la fermentación de la leche permite que las personas con intolerancia a este azúcar puedan digerir de manera más eficaz la lactosa, siempre y cuando no aparezca ningún tipo de síntomas, como distensión abdominal, náuseas, gases, ruidos estomacales o vómitos, entre otros.

Sabor y textura

Otra de las grandes diferencias significativas presentes entre ambos yogures es su textura. El proceso de retirada del suero de leche permite aportar una mayor espesor y cremosidad al yogur griego al tener concentrada una mayor cantidad de leche, mientras que el yogur natural mantiene una textura más firme. Respecto a su sabor, ambos productos, siempre y cuando no tengan ningún tipo de azúcares, presentan un sabor ligeramente ácido y agrio.

Yogur griego o yogur natural, ¿cuál es mejor?

Yogur con frutas

No podemos decir que un yogur sea mejor o peor que otro, ya que ambos cuentan con numerosos beneficios para la salud. El estudio Más allá del valor nutricional del yogur: ¿un indicador de la calidad de la dieta? – elaborado por investigadores del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), de la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) y del Centro Biomédico en Red Fisiopatología y Nutrición de Madrid (CIBEROBN) – explica que el consumo de yogur está asociado “a un patrón alimentario saludable” y aquellos “consumidores de yogur presentan un mejor perfil metabólico en comparación a los no consumidores”.

La Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) recomienda el consumo de 2 o 3 raciones de lácteos al día y 3 o 4, en el caso de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Una ración de lácteos equivale a 2 yogures de 125 gramos, a un vaso de leche de 250 mililitros, a 125 gramos de queso fresco, a 30 gramos de queso semicurado y a 20 gramos de queso curado.

Por tanto, la elección entre el yogur griego o el yogur natural dependerá de las necesidades de cada consumidor. En el caso de personas con dietas vegetarianas, consumir yogur griego de manera habitual puede ser una opción muy interesante al contener una cantidad significativa de proteínas de alto valor biológico. En la siguiente tabla, podemos comprobar el perfil nutricional de ambos yogures:

Yogur griego Yogur natural
Calorías (kcal.) 79,7 56
Grasas (g.) 5 2,9
de las cuales saturadas (g.) 3,4 1,7
Hidratos de carbono (g.) 3,8 4,3
de los cuales azúcares (g.) 3,8 4,3
Proteínas (g.) 4,2 3,3
Sal (g.) 0,09 0,12

*Fuentes: Casa Grande de Xanceda y Danone

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