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Desde mejorar la digestión a reforzar el sistema inmune, la leche fermentada tiene múltiples beneficios para la salud. Las responsables de estas ventajas son las bacterias que se producen en el proceso de fermentación. Algunas de las leches fermentadas más populares son el yogur o el kéfir. En este artículo descubrimos todos los beneficios de consumir leche fermentada.
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Leche fermentada. Qué es y qué propiedades tiene
Consumir leche fermentada puede aportar ciertos beneficios interesantes para la salud física y mental. Antes de conocerlos vamos a aclarar qué es exactamente la leche fermentada y cuál es su origen. La leche fermentada es un tipo de lácteo enriquecido con una serie de bacterias beneficiosas. Estos microorganismos vivos se encargan de fermentar la lactosa de la leche mediante la enzima lactasa y la convierten en ácido láctico.
En este proceso de fermentación láctica se produce un descenso del PH que hace más difícil que se desarrollen microorganismos no deseados. Como consecuencia de ese descenso del PH, minerales como el calcio y el fósforo pasan a la forma soluble y por tanto son más fáciles de absorber y de digerir. El producto resultante de la fermentación presenta menor contenido en lactosa que la leche y es apto para las personas intolerantes a este componente.
Ejemplos de leche fermentada
La leche fermentada más conocida por todo el mundo es el yogur en sus diferentes presentaciones. El yogur se obtiene gracias a la fermentación láctica ácida debida a las bacterias lactobacillus bulgaricus y el spreptococcus thermophillus. En cada gramo de yogur podemos encontrar un mínimo de 100 millones de microorganismos vivos.
La otra leche fermentada más popular es el kéfir. Similar al yogur, se fermenta con gránulos de kéfir, una masa que combina levaduras y bacterias probióticas. Presenta una textura más líquida que el yogur y tiene un sabor más ácido. Existen otros productos elaborados con leche fermentada como el kumis, el leben o el ayran, originarios de diferentes partes del mundo como Asia, Oriente Medio o Turquía.
La elaboración de leches fermentadas no es un proceso nuevo, sino que ya se hacía en la antigüedad para prolongar la vida útil de la leche. En la actualidad existe gran variedad de leches fermentadas en el mercado. La leche fermentada es portadora de probióticos cuyo consumo puede tener diferentes ventajas. La Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP) definió los probióticos como “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped”.
¿Qué beneficios tiene consumir leche fermentada?
Ahora que ya conocemos qué es la leche fermentada y los tipos de leche fermentada que podemos encontrar en el mercado, vamos a aclarar los múltiples beneficios que este producto tiene para la salud humana.
– Mejora la salud digestiva. Como hemos indicado, la leche fermentada contiene microorganismos vivos que equilibran la flora intestinal, mejoran la digestión y en general benefician al sistema digestivo. Sirven también para aliviar problemas como la hinchazón, los gases y el estreñimiento. La leche fermentada contiene enzimas que favorecen el proceso de asimilación de los alimentos. Además, es una gran aliada de las personas con intolerancia a la lactosa porque tiene menor nivel de esta sustancia y facilita una mejor digestión.
En este sentido, la leche fermentada disminuye la respuesta inflamatoria asociada a alergias o intolerancias de este tipo. Al convivir de manera estable las bacterias beneficiosas, se reduce la permeabilidad intestinal y por tanto la inflamación. Otro beneficio de los microorganismos de la leche fermentada es que combaten los agentes patógenos oportunistas y evitan que se desarrollen microbios no saludables.
También existen estudios que ponen de manifiesto la capacidad de los microorganismos de la leche fermentada para digerir y metabolizar mejor el gluten. Por tanto, puede ayudar en el proceso digestivo a aquellas personas con intolerancia o enfermedad celíaca. Se ha comprobado que la disbiosis bacteriana (desequilibrio de la flora intestinal) puede ser un elemento clave en este tipo de patologías.
– Refuerza el sistema inmunológico. El consumo de leche fermentada de forma regular puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir ciertas infecciones. Esto se debe a la presencia de probióticos en ella que activan las células inmunes del intestino y refuerzan la respuesta inmunitaria del cuerpo humano ante ciertas infecciones como gripes o catarros e incluso pueden acortar su duración.
Los fermentos lácticos aportan una importante cantidad de riboflavina, tiamina, cianocobalamina, ácido fólico, vitaminas A y D. Estas vitaminas y minerales contribuyen a mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico humano. Como consecuencia, el cuerpo humano desarrolla una respuesta inmune natural y aumenta los anticuerpos que combaten determinadas enfermedades infecciosas.
– Favorece la absorción de nutrientes. La leche fermentada contiene bacterias fermentadoras que contribuyen a que ciertos nutrientes como el hierro, el calcio o vitaminas del complejo B, se absorban mejor. Esta mejor absorción puede ser beneficiosa para mejorar la función cerebral o la salud de los huesos del cuerpo humano. También es capaz de neutralizar los anti-nutrientes encontrados en muchos alimentos como el ácido fítico.
– Mejora la salud mental. Existen evidencias de que los probióticos presentes en la leche fermentada pueden ayudar a tener un menor riesgo de sufrir enfermedades como ansiedad y depresión. Una investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia (UVA) ha revelado cómo la lactobacillus, una bacteria presente en alimentos fermentados, ayuda al cuerpo a controlar el estrés y puede prevenir la depresión y la ansiedad.
– Combate el síndrome metabólico. Otro beneficio de la leche fermentada es que puede ayudar a combatir el llamado síndrome metabólico. Este síndrome se trata de una combinación de diabetes de tipo 2, hipertensión y obesidad que aumenta el riesgo de cardiopatía y de ictus. El consumo de productos lácteos fermentados como el yogur entero puede prevenir el padecimiento de este síndrome. Esto se debe a su alto contenido en vitamina D, calcio, potasio o magnesio.
– Beneficia la salud ósea. Consumir leche fermentada suele traer consigo otro beneficio como es el menor riesgo de padecer fracturas. Previene la osteoporosis gracias al aporte de vitamina D y calcio de este alimento.
– Lucha contra la diabetes tipo 2. Algunos estudios recientes evalúan el consumo de yogur y leche fermentada sobre el riesgo de padecer este tipo de diabetes con resultados positivos. El riesgo parece ser menor en individuos que realizan un mayor consumo de estos lácteos.
Como podemos observar, incluir leche fermentada en la dieta diaria puede suponer una diferencia significativa para la mejora del bienestar. Sus propiedades presentes en producto cotidianos como el yogur o el kéfir, aportan múltiples beneficios en diferentes áreas de la salud.