Los cambios en la alimentación infantil pueden resultar complicados, pero son procesos inevitables para mantener una dieta sana y equilibrada que aporte los nutrientes necesarios para un crecimiento sin dificultades o problemas. Desde Mundo Lácteo ayudamos en qué hacer cuando los niños no quieren leche y damos consejos para remediarlo.
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Los cambios en la alimentación de los niños pueden resultar complicados, pero son procesos inevitables para mantener una dieta sana y equilibrada que aporte los nutrientes necesarios para un crecimiento sin dificultades o problemas. La introducción de algún tipo de comida en concreto conlleva el riesgo del rechazo. Cundo esto ocurre con esos alimentos considerados como esenciales por su valor nutricional saltan las alarmas en los hogares. En el caso de la leche, la situación es preocupante por el déficit de calcio. Desde Mundo Lácteo ayudamos en qué hacer cuando los niños no quieren leche y damos consejos para remediarlo.
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Motivos por lo que los niños no quieren leche
Los motivos por los que un niño no quiere consumir leche son varios y diferentes entre sí, por ello es necesario analizar el lenguaje corporal del menor cuando se niega. Nadie mejor que un padre o madre puede reconocer lo que ocurre por el tono o los gestos, más incluso cuanto menor es la edad del niño. Los principales motivos por los que los niños acostumbran no querer ingerir leche son:
- El cambio de alimentación, en especial si previamente la leche era materna, supone una variación en la paleta de sabores que experimenta el niño. El amargor de los productos no específicos para bebés puede resultar desagradables, ya que la leche materna se caracteriza por ser dulce y agradable.
- La negativa a consumir leche puede ser simplemente temporal, como una señal de rechazo al cambio, y no estar vinculada a ningún motivo físico.
- El malestar es el principal motivo por el que los niños no quieren leche. Es posible que el menor haya desarrollado una intolerancia a la lactosa, una alergia a la proteína de la leche o alguna dolencia digestiva que complica el proceso. Los gases y las diarreas pueden resultar lo suficientemente dolorosas como para que el niño se niegue a tomar leche.
- Los niños pasan por fases de consumo selectivo alrededor de los 2 años, cuando conocen más texturas, sabores y alimentos. Es posible desarrollar un modelo de consumo selectivo que se prolongue y elimine a la leche del grupo de alimentos deseados.
- La leche, como cualquier otro tipo de alimento, tiene un sabor y una textura. Por ello, simplemente puede no gustar al niño. Ante este caso, lo ideal es no insistir porque puede aumentar el rechazo.
El calcio, un mineral fundamental para niños
La preocupación principal cuando los niños se niegan a consumir leche es qué acontece con el calcio, un mineral fundamental para el crecimiento correcto y evitar problemas de salud en presente y futuro. La leche y los derivados lácteos son un tipo de alimento perfecto para suministrar las cantidades diarias necesarias de este mineral por su combinación de nutrientes, como vitamina D y proteínas. Sustituir su papel en la alimentación infantil es complicado, pero no imposible,
En la infancia, el consumo de leche se asocia directamente con desarrollo y crecimiento. Sus beneficios están ligados, por ejemplo, a un menor riesgo de sufrir obesidad en las diferentes etapas de la vida y una mayor densidad ósea, que evita la aparición prematura de ciertas dolencias. La cantidad de calcio diaria varía en función de la edad, así un niño de 6 años necesita 800 miligramos y un niño mayor de 10 años necesita 1100 miligramos de este mineral.
Consejos para la alimentación de niños que no consumen leche
Alcanzar la ingesta diaria de calcio es clave en el desarrollo de los niños, especialmente en determinados grupos de edad. Hay maneras de conseguir el objetivo con o sin leche, pero por el resto de la composición de este lácteo es recomendable no prescindir del todo de él. Estos son algunos de los consejos para conseguir una alimentación sana y equilibrada en niños que se niegan a consumir leche:
Cocinar con leche
Uno de los trucos más olvidados a la hora de aconsejar cómo alimentar a niños que no consumen leche es probar a elaborar platos fríos o calientes ella. Las cremas y purés de verduras admiten generalmente un vaso de leche en su elaboración. En otros casos, la leche puede ser la base de salsas o aliños. Durante el proceso de cocinado es posible que algunos de sus nutrientes se pierdan completamente o pierdan calidad, pero en una situación en que un niño se niega tajantemente a la ingesta de leche cualquier aporte es de valor.
Derivados lácteos
Uno de los primeros impulsos cuando un niño se niega a consumir leche es pensar que está perdido, pero los derivados lácteos son muchos y poseen su propio sabor, quizás más del gusto del menor. Los yogures y quesos frescos son alternativas muy recomedables, especialmente aquellas referencias que no cuentan con azúcares añadidos y aditivos artificiales. Cuanto más sencilla sea la receta, mejor será el producto para un niño. La amplia variedad de yogures por textura, cremosidad o sabor es una baza aliada fundamental. Los quesos también permiten experimentar por tipo de leche, curación, proceso de maduración o textura. Las posibilidades se disparan cuando se trata de derivados lácteos.
Batidos
Los batidos a base de leche son una elaboración sencilla para los padres y muy fácil de variar hasta encontrar el sabor que guste a los niños. Los batidos de frutas con leche son habituales en supermercados, pero es preferible hacerlo en casa con aquellas frutas que ya son del agrado del menor y sumar un vaso de leche. Otra posibilidad es elaborar batidos con algún tipo de edulcorante natural que cambie el color y el grado de dulzor de la bebida.
El cacao en polvo desgrasado y 100% natural es la opción más habitual, pero canela, harina de algarroba y compota de manzana o pera funcionan perfectamente con leche templada. Los cereales son aliados a la hora de elaborar batidos y aportan muchos nutrientes, especialmente fibra, que ayudan a conseguir una dieta equilibrada.
Sustitutos de la leche
Cuando ninguna opción de las anteriores funciona, será necesario recurrir a sustitutos de la leche. Actualmente, el mercado ofrece alternativas vegetales con otro tipo de sabores y texturas que pueden resultar del gusto de los niños. En caso de elegir este tipo de productos, lo más recomendable es elegir aquellos enriquecidos con calcio y vitamina D para que el aporte del mineral sea el máximo posible. La dieta del niño deberá completarse con pescados, frutos secos, legumbres y huevos. Alimentos como sardinas, garbanzos, judías, almendras, lentejas, acelgas, espinacas, almejas, bacalao o repollo son fuentes ricas en calcio, versátiles para introducir en la alimentación del niño.