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La leche de vaca forma parte de uno de los grupos de alimentos más importantes en la alimentación saludable e indicados para el consumo general y está considerada ampliamente como un indispensable para llevar una buena dieta, equilibrada y saludable. La leche y sus derivados conforman el grupo de los lácteos, cuyos nutrientes son necesarios en todas las etapas vitales, aunque en diferente medida. ¿Cuánta leche de vaca se debe tomar al día?
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¿Cuánta leche de vaca se debe tomar al día?
La leche de vaca es indispensable para el ser humano debido, principalmente, a su composición. Este alimento es básico por la gran variedad de nutrientes que posee y la calidad de estos. La leche de vaca es equilibrada en sus proporciones, pues aporta la cantidad de proteínas, lípidos e hidratos de carbono necesarios con pocas calorías. Aunque también es una fuente importante de vitaminas, lo más destacable de la leche de vaca es la calidad de sus proteínas y el calcio de fácil asimilación.
La Fundación Española de la Nutrición (FEN) recomienda un consumo diario de 3 raciones de leche de vaca, o lácteos en general, con el fin de cubrir las necesidades orgánicas del cuerpo humano. La leche se compone de agua, lactosa, grasa, proteínas, vitaminas y minerales, por tanto es muy adaptable a distintos tipos de dietas y perfiles nutricionales. Por ello, para ser más precisos es necesario diferenciar el consumo de leche de vaca diaria en función del grupo de edad, siempre siguiendo los criterios de la FEN.
Leche de vaca en la infancia y adolescencia
La infancia y adolescencia son etapas en las que el aporte de nutrientes es vital para asegurarse un desarrollo y crecimiento adecuado, dentro de los parámetros de lo saludable. Por ello, el consumo de leche de vaca y sus derivados puede ser diferencial para conseguir la cantidad de calcio que el organismo necesita, por ejemplo. Está demostrado, además, que la ingesta de lácteos ayuda a disminuir el riesgo de obesidad en etapas vitales posteriores.
Los niños de 6 años y menores requieren de 800 miligramos de calcio diarios, mientras que aquellos entre 10 y 19 años necesitan de una cantidad superior, 1100 miligramos al día. Esto supone que los niños deben consumir entre 2 y 3 raciones diarias de leche de vaca o un derivado lácteo y, en el caso de los adolescentes, la cifra aumenta hasta las 4 raciones diarias.
La cantidad de nutrientes que posee la leche de vaca es fundamental para el desarrollo. Más allá del calcio de fácil absorción, este alimento garantiza aminoácidos esenciales en cantidades adecuadas y es fuente de vitaminas del grupo B y A, grasas y magnesio.
Leche de vaca en la edad adulta
Aunque la etapa de crecimiento y desarrollo se considera terminada, en la edad adulta el organismo continúa teniendo sus necesidades específicas. Los nutrientes requeridos para el correcto funcionamiento del cuerpo son los mismos, lo que varía es la cantidad del aporte. Para llevar una dieta equilibrada en la edad adulta, la cantidad de calcio que un adulto entre 20 y 59 años debe ingerir es de 900 miligramos a diario. Esta cifra sube hasta los 1000 miligramos al día en el caso de aquellas mujeres que sobrepasen los 50 años.
Según la FEN, el consumo de lácteos diarios en la etapa adulta debe oscilar entre 2 y 3 raciones, bien como leche de vaca o como un derivado de esta. Así como en la adolescencia los nutrientes lácteos ayudan al desarrollo, en la adultez son beneficiosos para disminuir el riesgo de padecer hipertensión y equilibrar los niveles de colesterol. Otro motivo fundamental para respetar las raciones diarias de leche de vaca es la salud ósea y muscular, ya que este calcio reduce el riesgo de fractura y disminuimos el porcentaje de masa muscular perdida.
Leche de vaca en la tercera edad
A medida que se cumplen años, el cuerpo humano necesita de menor aporte energético que en etapas vitales previas. Pese a esto, algunos nutrientes continúan siendo fundamentales para llevar una vida y alimentación saludables. El calcio y la vitamina D se consideran muy necesarios para mantener un sistema óseo sano y disminuir no solo rupturas, sino dolencias. Tanto es así, que a partir de los 60 años la ingesta diaria de calcio asciende hasta los 1100 miligramos.
La leche de vaca y sus derivados resultan de interés para las personas que se encuentren la tercera edad porque son alimentos de fácil consumo y masticación, además de fácil de incorporar a la dieta. En relación a su aporte calórico, los lácteos son una fuente de nutrientes muy atractiva, en especial por su papel a la hora de prevenir o paliar enfermedades tan variadas como diabetes, depresión, problemas cognitivos o pérdida de densidad ósea.
Leche de vaca en embarazo y lactancia
Hay etapas vitales que requieren de necesidades específicas y eso afecta también a la alimentación. El embarazo y la lactancia son dos estados fisiológicos muy exigentes para el cuerpo humano y sus requerimientos nutricionales varían de la tónica habitual. Los nueve meses de embarazo son, en sí mismo, una sucesión de fases con sus propias especificidades para el correcto desarrollo del feto.
Una mujer embarazada y que, una vez dé a luz, sea lactante necesitará de una cantidad de entre 1100 y 1200 miligramos de calcio al día. Esto equivale a 3 o 4 raciones de leche de vaca y sus derivados. Al término del embarazo, el feto habrá requerido de 30 gramos de calcio y estos deben ser aportados completamente por la madre.
La leche de vaca y los productos lácteos, en general, contribuyen a satisfacer las necesidades de calcio y vitamina D, especialmente a la hora de compensar el balance negativo de minerales en la composición del cuerpo materno. Múltiples estudios han probado que el desarrollo fetal se refuerza en aquellas madres que incorporan lácteos en su alimentación.
Leche de vaca en la menopausia
La menopausia es otra de las etapas vitales que exigen una adaptación nutricional específica para suplir y cubrir las exigencias del organismo. De modo natural, las mujeres alcanzan este cambio fisiológico entre los 48 y los 55 años, salvo en casos precoces. La reducción de estrógenos en el cuerpo humano tiene como uno de sus efectos nocivos la reducción de densidad ósea.
Para combatir esta consecuencia de la menopausia, la FEN recomienza una ingesta diaria de calcio que sea de 1200 miligramos. Esto equivale a 3 o 4 raciones al día de leche de vaca y sus derivados. La etapa fundamental para evitar problemas futuros en los huesos son los primeros diez años tras el inicio del cambio fisiológico. El consumo de este tipo de alimentos es muy recomendable por la alta tasa de absorción de calcio que posee.