Joven intolerante a la lactosa.

Yogures sin lactosa: ¿Engaño o necesidad real?

¿Son necesarios los yogures sin lactosa? Hoy analizaremos todo lo que necesitas saber sobre este producto.

28 junio 2022

Joven intolerante a la lactosa.
Existen tres tipos de intolerancia a la lactosa: primaria, secundaria y congénita.

Entre un 20 y un 40% de las personas en España son intolerantes a la lactosa, según indica la Asociación de Intolerantes a la Lactosa de España (ADILAC). Esta asociación explica que “la deficiencia de lactasa es la deficiencia enzimática más frecuente en todo el mundo y se estima que afecta al 75% de la población. Los países nórdicos europeos presentan índices muy bajos, mientras que aumenta de manera progresiva hacia el sur de Europa, Oriente Medio, Asia y África.

Esta situación ha llevado a que la industria láctea introduzca en su gama de productos alimentos sin este tipo de azúcar con el objetivo de satisfacer las necesidades de este tipo de consumidores.

Hoy en día, los lineales de los supermercados y tiendas cuentan con una extensa y variada gama de productos libres de lactosa (leches, yogures, quesos, mantequillas, natas, helados…). En este artículo de Mundo Lácteo, hablaremos de los yogures sin lactosa y trataremos de desvelar si son un producto reclamo que roza el  engaño o son una necesidad real para los intolerantes a la lactosa.

¿Los yogures sin lactosa son un engaño?

La lactosa es un tipo de azúcar presente de forma natural en la leche. La lactosa está formada por dos compuestos: la glucosa y la galactosa. La lactasa es la enzima encargada de dividir estos dos componentes en el intestino, enzima que no producen aquellas personas con intolerancia a la lactosa, causándole diversas molestias intestinales (dolores abdominales, flatulencias, diarreas o náuseas).

Por este motivo, muchas personas se ven obligadas a optar por productos libres de lactosa que, además, tienen un precio superior frente a los convencionales. Pero, ¿todos los lácteos tienen la misma cantidad de lactosa? No. La cantidad de lactosa depende del producto lácteo del que estemos hablando, no es lo mismo un vaso de leche que un yogur.

La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) explica que un vaso de 100 mililitros de leche contiene 5 gramos de lactosa, mientras que un yogur contiene 4 gramos por cada 100 gramos de producto.

Desde la FEAD apuntan que “no suele ser necesaria la exclusión completa de la lactosa, puesto que la mayoría de los pacientes con mala absorción de lactosa pueden tolerar hasta 10 gramos de este tipo de azúcar en una toma”.

Si bien, como ya explicamos en Mundo Lácteo, es importante tener en cuenta que existen diferentes niveles de intolerancia a lactosa y no todo el mundo puede llegar a tolerar esas cantidades:

  • Intolerancia a la lactosa primaria. Es identificada en los primeros meses de vida, ya que los niveles de producción de lactosa se reducen de forma drástica.
  • Intolerancia a la lactosa secundaria. Es producida a causa de otro tipo de enfermedades, como la enfermedad de Crohn, celiaquía o gastroenteritis aguda, entre otras afecciones. Por lo general, este tipo de intolerancia es temporal.
  • Intolerancia a la lactosa congénita. Es detectada los primeros días de vida de un bebé, ya que los síntomas son detectados en las primeras tomas de leche materna.

¿Por qué los yogures son mejor tolerados por personas con intolerancia a la lactosa?

Los yogures contienen una cantidad de lactosa menor que la leche. Además, los fermentos lácticos (Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus) presentes en este producto ayudan a mejorar la digestión de la lactosa porque se encargan de descomponer la lactosa, facilitando la digestión.

El yogur “es un marcador de calidad de la dieta tanto en adultos, como en adolescentes y en niños”, según indica el estudio Más allá del valor nutricional del yogur: ¿un indicador de la calidad de la dieta?. El yogur es fuente de calcio, fundamental para mantener los huesos y los dientes sanos y fuertes, y de proteínas, que ayudan a desarrollar los músculos.

Entonces, ¿los intolerantes a la lactosa deben eliminar el yogur de su dieta o sustituirlo por otros libres de lactosa? La realidad es que la mejor opción es acudir a un profesional sanitario que determine la dieta a seguir, ya que dependerá de la persona, así como de su grado de intolerancia.

Sin embargo, lo cierto es que Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y la World Gastroenterology Organisation (WGO) coinciden en que las personas con intolerancia a la lactosa pueden tomar una media de 10 gramos de lactosa al día sin que repercuta negativamente en la salud del paciente.

Por tanto, la comercialización de este tipo de yogures específicos para personas con intolerancia a este tipo de azúcar no es del todo necesaria y además, suponen un mayor gasto de cara al consumidor. Un pack de 4 unidades de yogur natural tiene un precio medio de 1,29 euros, mientras que un pack de 4 unidades de un yogur sin lactosa supera los 2 euros. Aunque es cierto que el precio varía en función de la marca.

¿Pueden consumir mantequilla, nata y queso los intolerantes a la lactosa?

Algo similar sucede con el resto de derivados lácteos. La mantequilla, la nata y el queso contienen una cantidad de lactosa bastante reducida. La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) explica que “la fermentación de la leche aumenta la tolerancia a la lactosa debido a su transformación en ácido láctico”.

Es importante tener en cuenta que los quesos más grasos y más maduros contienen una cantidad más reducida de lactosa frente a los quesos frescos, ya que durante su proceso de elaboración ha sido eliminada la mayor parte del suero. Algunos quesos aptos para intolerantes a la lactosa son el cheddar o el parmesano, entre otros.

¿Las personas con intolerancia o alergia a la caseína pueden tomar yogures?

Además de intolerancia a la lactosa, también existe otra afección que tiene que ver con un tipo de proteína presente en la leche de vaca denominada “caseína”. La intolerancia y la alergia a la caseína puede provocar cólicos abdominales, urticaria, hinchazón abdominal, diarrea y acidez, entre otros síntomas.

Kalekói es una de las marcas de referencia del mercado español que pone a disposición del consumidor yogur elaborado con leche del tipo A2. La firma gallega con sede en Lalín (Pontevedra) explica que este producto “favorece la digestión y además, reduce la actividad inflamatoria del intestino”.

Los yogures con leche A2 están disponibles en algunos supermercados españoles, como Gadis o Eroski. Además de este tipo de yogures específicos para personas con intolerancia o alergia a la caseína, la firma dispone de yogures naturales o con distintos sabores: arándanos, fresa y vainilla.

Finca Cantarranas, con sede en Valverde (Ciudad Real), es otra de las marcas españolas que comercializa yogures A2. Los ingredientes de este producto son: leche entera pasteurizada de vaca A2, fermentos y sólidos lácteos. Este yogur es comercializado en pack de 4 unidades por 1,72 euros. 

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