Panacota.

Nata para cocinar. ¿Es posible emplearla en postres?

La nata es un producto lácteo muy versátil que puede ser empleando en recetas dulces y saladas. Pero, ¿podemos usar nata líquida para la elaboración de postres? En Mundo Lácteo te lo contamos.

23 enero 2022

Panacota.
La panacota o panna cotta es un postre típico de la región italiana del Piamonte.

La Real Academia Española (RAE) define la nata como “una sustancia espesa, untuosa, blanca o un tanto amarillenta, que forma una capa sobre la leche que se deja en reposo”. 

Este producto lácteo es obtenido a partir de leche de vaca, de oveja, de cabra o mezcla. La nata es fuente de proteínas, de grasas, de minerales, como el calcio y el fósforo y de vitamina A, un nutriente imprescindible para la visión, el crecimiento, la reproducción y la inmunidad. 

El avance de las nuevas tecnologías ha provocado que en los últimos años los lineales de los supermercados ofrezcan una mayor variedad de productos. Hoy en día, podemos encontrar nata para cocinar, para montar, en spray, sin lactosa, nata vegetal… 

En este artículo de Mundo Lácteo, analizaremos qué es la nata, qué tipos de nata existen y si estos pueden emplearse indistintamente en diferentes tipos de elaboraciones. Además, ofreceremos algunos consejos para sacar el máximo rendimiento a este producto tan versátil. 

¿Qué tipos de nata existen? 

Las Normas Generales de Calidad para la nata, establecidas en 1983 por los Ministerios de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, de Economía y Hacienda y Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, distingue diferentes tipos de nata en función del origen de la leche, de la composición, del tratamiento higiénico y de conservación y de las distintas incorporaciones añadidas. 

Existe una amplia variedad de natas existentes en el mercado, como ya detallamos en nuestro post sobre tipos de nata: nata para cocinar, nata para montar, nata vegetal y nata en spray, nata sin lactosa, nata vegetal y nata de soja.

¿Es posible utilizar nata para cocinar en elaboraciones reposteras? 

La gran variedad de natas existentes en el mercado puede llegar a resultar abrumador de cara al consumidor. Para saber que tipo de nata emplear en la elaboración de postres, hay que tener en cuenta la cantidad de grasa presente en esta. 

Según el contenido en grasa, la nata es clasificada en tres tipos:

  • Doble nata. Este tipo de nata cuenta con un porcentaje en materia grasa igual o superior al 50%.
  • Nata. Contiene un porcentaje mínimo en grasas del 30% e inferior al 50%.
  • Nata delgada o nata ligera. Este tipo de nata cuenta con un porcentaje mínimo en materia grasa del 12% y máximo del 30%. 

La nata para cocinar o nata líquida presenta un porcentaje en grasa entre un 15 y 18%, mientras que la nata para montar contiene entre un 35 y 38%. Este mayor porcentaje en grasa es vital para la preparación de algunos postres, porque es la cantidad de grasa lo que hace posible que se monte.

Por tanto, la nata ideal para elaboraciones de repostería es la nata para montar. La nata en spray y la nata vegetal también son otras dos opciones ideales para acompañar postres.

Entre la extensa cantidad de recetas a las que es posible incorporar nata para montar en su lista de ingredientes, Mundo Lácteo destaca las tradicionales fresas con nata,, los hojaldres rellenos de nata, la crema de limón, el coulant de chocolate y la tarta de queso.

Sin embargo, existen otro tipo de postres en los que es posible utilizar la nata para cocinar. Es el caso del arroz con leche. Aunque no es necesaria para su elaboración, este tipo de nata aporta una mayor cremosidad al plato.  

Otro postre que puede incorporar nata líquida es la panna cotta. Este tradicional postre italiano posee una textura gelatinosa y para su elaboración es necesario emplear nata para cocinar, leche entera, gelatina y diferentes frutos rojos. 

3 consejos para sacar el máximo rendimiento a la nata 

  • La nata debe ser consumida en un plazo aproximado de dos o tres días una vez abierto el envase. Es recomendable guardar la nata en un envase hermético, ya que el contacto de esta con el aire puede facilitar la aparición de bacterias. 
  • Es posible congelar la nata sobrante de una receta. Si bien, el proceso de descongelación debe realizarse en el frigorífico. Además, es importante no guardar la nata congelada durante más de 3 meses.  
  • Otra opción para sacar el máximo rendimiento a la nata es transformarla en mantequilla. Para ello, hay que batir la nata líquida con una batidora a máxima potencia.

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