
La nata montada es un ingrediente indispensable en multitud de postres y de dulces. Consigue aportar una textura muy apreciada y un ligero toque suave.
Además, la nata puede aromatizarse con diferentes elementos, tales como la vainilla o la canela. De esta manera, conseguimos un producto que se adapta a multitud de recetas diferentes.
La nata puede comprarse directamente montada, en formato spray o congelada. Se trata de una manera rápida de utilizar un producto que siempre llena de alegría la mesa. Pero si nos decantamos por comprar nata para montar, tenemos a nuestra disposición diversas formas de hacerlo. Descubrimos en este artículo cómo montar nata bien y conseguir un buen resultado.
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¿Qué tipo de nata necesito?
La facilidad de una nata para montarse viene determinada por la cantidad de materia grasa que contenga. Por ejemplo, si tratamos de montar una nata para cocinar, veremos que resulta imposible, ya que no se dan las circunstancias adecuadas para que suba. Por tanto, hemos de comprar nata líquida para montar, que tiene un porcentaje de materia grasa de al menos un 35 %. Esta cifra es variable, por lo que es posible adquirir nata para montar que tiene una cantidad de materia grasa superior. Conviene tener en cuenta que, a mayor cantidad de materia grasa, mayor facilidad para que se monte. También será más fácil que la nata no se venga abajo una vez que ya la hemos montado.
El secreto para montar bien la nata
La nata ha de estar fría para que monte bien. A excepción de las natas de origen vegetal, es prácticamente imposible que una nata a temperatura ambiente consiga montarse. Por tanto, si tenemos prisa hay que comprarla directamente refrigerada, o bien tenerla en el frigorífico un buen rato para que tome la temperatura óptima.
Durante el proceso de montado de la nata debemos añadir el azúcar y el aromatizante que deseemos. La nata montará mucho mejor si se utiliza azúcar de grano fino, pudiendo emplear azúcar glas. Hay una variedad de azúcar que se ha puesto muy de moda y que se llama icin sugar, que es la variedad más fina y que incorpora además almidón de maíz.
Este elemento consigue que la nata se mantenga bien firme y que no decaiga. Si el azúcar que tenemos en casa es la clásica de grano estándar, conviene darle un golpe con la batidora para hacer la más fina, o bien comprarla directamente en el supermercado.
Para aromatizar la nata, es decir, incorporarle sabor a vainilla o alguna que otra esencia, hay que calentarla a muy baja temperatura durante un periodo de tiempo, evitando que se caliente demasiado. Si se vierte una vaina de vainilla en la nata y se deja un rato removiendo de vez en cuando, adquirirá un sabor muy apreciado. Cabe recordar que para que la nata se monte ha de estar muy fría, por lo que hay que realizar este proceso con suficiente antelación.
4 formas de montar nata
A mano, con varillas
Esta es la manera clásica de montar nata, pero también la que requiere más esfuerzo, paciencia y tiempo. Pueden utilizarse tanto varillas de metal como las que tienen recubrimiento de silicona. El efecto va a ser el mismo, y la decisión de emplear una u otra responde a criterios estrictamente personales. Pero conviene tener en cuenta que una vez que comenzamos a batir, no podemos parar el proceso, ya que la nata se vendrá abajo y habrá que tirarla.
La ventaja de montar nata manualmente con varillas es que se controla de principio a fin todo el proceso, pudiendo finalizar cuando la textura que percibamos en la varilla sea la adecuada. Probablemente, montar nata a mano es la manera favorita de aquellas personas que tienen mucha experiencia en la cocina.
Siempre hay que utilizar un cuenco, ya sea de vidrio o metálico, con capacidad suficiente para que la nata no se salga mientras batimos. Además, la nata va a doblar su volumen, por lo que, si comenzamos con un cuenco de tamaño pequeño, vamos a tener que parar y pasarlo a otro mayor rápidamente.
Con batidora
Se puede utilizar tanto batidora de brazo como batidora con dos varillas acopladas, que siempre consiguen un buen efecto. Los resultados que se consiguen son los mismos que a mano, con la ventaja de no tener que cansarnos y hacerlo en menos tiempo.
Para montar nata con una batidora de brazo hay que emplear un accesorio adecuado que suele venir incorporado de serie en este electrodoméstico. Bastará en unos pocos minutos para conseguir el toque perfecto, a simple vista puede apreciarse cuando una nata está bien montada.
Robot de cocina
Los robots de cocina han conseguido introducirse en estos espacios, ya que permiten realizar multitud de tareas diversas y concentrarlas todas en un mismo dispositivo. Evidentemente, montar nata es una de las funciones que realizan.
Quizás sea la manera más rápida de hacerlo, y habrá que acoplar el accesorio batidor que va incluido, colocándose en la cuchilla. De manera general, en el manual de instrucciones del aparato siempre se indica cuál es la velocidad y el tiempo que ha de emplearse para montar cierta cantidad de nata. De esta forma se consigue siempre la textura que se está buscando.
Con sifón de espuma
Uno de los accesorios de cocina que más de moda se está poniendo es el sifón de espuma, y esto es debido a la proliferación de programas donde cocineros famosos enseñan sus habilidades. El sifón de espuma no es más que un aparato alargado, tiene forma de termo, y en cuyo interior se introduce un depósito con una carga de gas y el líquido que decidimos convertir en espuma. Por tanto, la nata puede montarse de esta manera. Elige mejor una variedad con gran cantidad de materia grasa, disuelve previamente el azúcar y prepara el sifón para aplicarlo sobre el plato directamente.
Montar nata de esta manera es muy cómodo, ya que es la versión clásica de la nata montada en spray que encontramos en el supermercado. Pero la ventaja es que podemos ajustar el sabor de la nata a lo que más nos convenga, con más o menos dulzor, además de aromatizarla a nuestro gusto.
Para conseguir un buen resultado la nata siempre ha de estar muy fría, y aplica el sifón justo en el momento de emplatar, porque por sus características, es una nata que pierde rápidamente la consistencia.
Unos últimos consejos
Cabe recordar la importancia de utilizar todos los utensilios para montar la nata a la temperatura óptima. Esto quiere decir que, si se va a montar nata con varillas o con el vaso de la batidora, siempre es recomendable introducir todos estos utensilios en el frigorífico para que adquieran la mejor temperatura. Si se ha comprado la nata para montar a temperatura ambiente y hay algo de prisa por ponerse a cocinar, colocar el envase dentro del congelador, para que su temperatura descienda lo suficiente y pueda montarse con consistencia.
La cantidad de azúcar a utilizar también determina la apetencia de la nata.
La medida que se utiliza de forma general es la de unos 75 g de azúcar por 200 ml de nata líquida, pero siempre es más interesante echar menos cantidad e irla ajustando durante el proceso de montado. La nata es un producto con entidad propia cuyo sabor no debe ser ocultado jamás por el del dulce