Yogur griego

¿El yogur griego engorda o ayuda a adelgazar?

El yogur griego es una opción rica en proteínas y saciante, muy versátil tanto para las comidas principales como para deliciosos snacks

Publicado el: 13 junio 2025

Yogur griego

En los últimos años, el yogur griego ha ganado popularidad como una opción saludable dentro de muchas dietas. Su textura cremosa, su sabor suave y su alto contenido en proteínas lo convierten en un alimento versátil, ideal tanto para desayunos como para meriendas o snacks. Sin embargo, muchas personas se preguntan si realmente es un aliado en la pérdida de peso o si, por el contrario, puede contribuir a no perder esos kilos de más.

La respuesta depende de varios factores, como el tipo de yogur griego que se consuma y cómo se incorpore en la dieta. Aunque algunos productos en el mercado pueden contener azúcares añadidos y grasas extras que elevan su contenido calórico, el yogur griego natural, sin aditivos, es considerado un excelente alimento para quienes buscan perder peso de forma saludable y sostenida.

Yogur griego, una excelente opción… Para bajar de peso

El yogur griego es un alimento rico en proteínas y bajo en carbohidratos, lo que lo convierte en una excelente opción para quienes buscan perder peso. Entre sus beneficios destacan:

  • Su efecto saciante, que ayuda a regular el apetito.
  • Su capacidad para acelerar el metabolismo.
  • Su contribución a estabilizar los niveles de azúcar en sangre.

Además, su textura cremosa y su sabor ligeramente ácido lo hacen muy popular. A diferencia del yogur tradicional, el griego contiene menos agua y más nutrientes por porción, lo que potencia sus efectos positivos sobre la salud metabólica.

Es importante tener en cuenta que su aporte calórico puede variar según los ingredientes añadidos por cada fabricante, como azúcares o grasas. Por ello, para aprovechar todos sus beneficios, es recomendable elegir versiones naturales o sin azúcares añadidos.

Características y beneficios del yogur griego

El proceso de elaboración del yogur griego es prácticamente el mismo que el del yogur tradicional, con la salvedad de que incluye un filtrado adicional, eliminando parte del suero. Este proceso da esa textura cremosa al yogur griego y, adicionalmente, sirve para concentrar las proteínas y reducir la lactosa y los azúcares naturales. Si te interesa conocer las diferencias entre estos dos tipos de yogures, puedes consultar el post yogur griego vs yogur natual.

De esta manera, nos encontramos ante un producto, más graso, eso sí, por la mayor concentración de nata para tener el mismo volumen que un yogur tradicional, pero también una excelente opción para personas con intolerancia leve a los lácteos o que buscan controlar el consumo de carbohidratos o incrementar la ingesta de proteínas.

Y es que una de sus principales virtudes es su alto contenido en proteínas de alta biodisponibilidad, es decir, proteínas que el cuerpo puede absorber y utilizar de manera eficiente. Este aporte proteico resulta especialmente útil para mantener la masa muscular magra, facilitar la recuperación tras el ejercicio físico y aumentar la sensación de saciedad, lo cual ayuda a controlar el apetito y evitar el picoteo constante. De ahí que dijéramos que el yogur griego no engorda, sino que, al contrario, su consumo es recomendable para mantener el apetito y perder peso por su alto índice de saciedad.

Además, el yogur griego es una buena fuente de calcio, vitaminas del grupo B, vitamina A y aminoácidos esenciales como la leucina, que tiene un papel clave en la regulación del hambre y la preservación del tejido muscular.

Su textura densa y cremosa lo hace muy atractivo desde el punto de vista culinario, permitiendo usarlo en múltiples preparaciones, tanto dulces como saladas. Aunque su aporte calórico ronda las 120 kilocalorías por cada 100 gramos —aproximadamente el doble que un yogur convencional—, esto se compensa con su mayor valor nutricional y su efecto saciante, lo que lo convierte en un aliado en planes de alimentación destinados a la pérdida de peso o al control del apetito.

El consumo regular de yogur griego natural, sin azúcares añadidos, también se ha relacionado con beneficios a largo plazo en la salud metabólica. Estudios observacionales sugieren que puede reducir el riesgo de desarrollar síndrome metabólico, una condición que precede a enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Asimismo, se le atribuye un posible efecto protector frente al cáncer colorrectal, gracias en parte a los probióticos que contiene. Estas bacterias beneficiosas ayudan a equilibrar la flora intestinal, mejoran la digestión, facilitan la absorción de nutrientes y reducen la inflamación abdominal, contribuyendo a un estado general de bienestar digestivo.

Contenido calórico y tipos de yogur griego

Según nos podamos permitir -o queramos- un mayor aporte calórico, debemos saber que, actualmente, podemos acceder a tres tipos de yogures griegos: desnatados, semidesnatados o enteros, cada uno con un aporte diferentes de calorías por cada 100 gramos de producto, como en la tabla que puedes ver a continuación:

TipoCalorías (por 100g)Características
Desnatado (0%)50-70 kcalBajo en grasa, ideal para dietas.
Semidesnatado80-100 kcalEquilibrio entre textura y calorías.
Entero100-130 kcalMás cremoso y saciante.

 

Cuándo y cómo consumir yogur griego para maximizar sus beneficios

Por las mañanas resulta ideal como desayuno energético, ya que aporta proteínas, calcio y saciedad gracias a su alto nivel proteico. Una opción saludable y sabrosa es combinarlo con cereales integrales, frutas frescas como plátano o fresas y, si no estás acostumbrad@ al sabor ligeramente ácido del yogur, un toque de miel o algún endulzante.

Entre comidas funciona como un snack saludable que ayuda a controlar el apetito gracias a su efecto saciante. Puede disfrutarse solo o acompañado de frutos secos como almendras y nueces, que añaden grasas saludables.

Después del entrenamiento físico, su alto contenido proteico lo convierte en el aliado perfecto para la recuperación muscular, ya sea consumido directamente o incorporado en batidos posentrenamiento con frutas.

Por las noches, cuando aparece esa hambre antes de dormir, una porción moderada de yogur griego ofrece una alternativa ligera y satisfactoria que no sobrecarga de calorías.

Más allá de estos momentos clave, su versatilidad en la cocina lo hace un producto muy interesante. Así, puede usarse como base para crear salsas y aderezos más saludables sustituyendo ingredientes calóricos como la mayonesa; añadirse a batidos para incrementar su cremosidad y valor nutricional; o incorporarse en recetas de repostería como sustituto de otros lácteos más grasos.

Consejos para no ganar peso al consumir yogur

Elige versiones bajas en grasa

Opta por yogures desnatados o semidesnatados, especialmente si tu objetivo es mantener o reducir peso. Estas opciones conservan su valor nutricional y textura, pero con un menor aporte de grasas saturadas.

Acompáñalo con alimentos ricos en fibra

Combinar el yogur con frutas frescas, avena, semillas (como chía o lino) o frutos secos mejora su perfil nutricional. Estos ingredientes aportan fibra, aumentan la saciedad y ayudan a regular el tránsito intestinal.

Modera las porciones

La cantidad ideal de yogur por ración suele estar entre 150 y 200 gramos. Mantener este rango y evitar añadir azúcares o siropes en exceso es clave para no incrementar innecesariamente las calorías.

Evita los azúcares añadidos

Endulza de forma natural con fruta troceada. Aunque las frutas contienen azúcares, al estar acompañados de fibra se consideran azúcares intrínsecos, los cuales no suponen un riesgo para la salud. Un yogur natural con fruta es una opción dulce y saludable.

Ojo a la composición

Un yogur natural debe contener solo leche (fresca o en polvo) y fermentos lácticos. No es imprescindible que sea desnatado: la evidencia actual no relaciona el consumo de lácteos enteros con un mayor riesgo de obesidad o enfermedades cardiovasculares. Incluso el yogur griego natural, pese a contener más grasa por incluir nata, puede formar parte de una dieta saludable.

Úsalo como sustituto en otras preparaciones

El yogur griego es un excelente reemplazo de ingredientes más calóricos como la nata, la mayonesa o la crema agria en recetas de salsas, aderezos o postres, reduciendo así el contenido total de grasas y calorías sin comprometer el sabor.

Realizar cambios sencillos en la alimentación, como sustituir un desayuno de leche con galletas por yogur griego con arándanos y avena, puede marcar una diferencia significativa. Estas sustituciones saludables no solo mejoran la calidad nutricional, sino que suelen reducir naturalmente la ingesta calórica sin necesidad de contar calorías de forma obsesiva.

Es importante comprender que la pérdida de peso rara vez sigue una línea recta. Es normal experimentar fluctuaciones con subidas y bajadas periódicas, siendo la tendencia general a la baja lo realmente significativo. Particularmente en el caso de las mujeres, los cambios hormonales del ciclo menstrual pueden causar variaciones considerables en el peso, por lo que se recomienda pesarse solo una vez por semana o cada dos o tres días para evitar obsesiones innecesarias.

Además, debemos recordar que el peso corporal no solo refleja grasa o músculo. Factores como la retención de líquidos, que representan una parte importante de nuestra composición corporal, pueden hacer que la báscula muestre valores superiores al iniciar un plan de alimentación saludable y ejercicio. Esto no significa que no se estén logrando progresos, sino que son variaciones normales del organismo.

Yogur vs. leche: ¿cuál elegir?

Tanto la leche como el yogur aportan proteínas de alta calidad, una proporción similar de grasas y carbohidratos (cuando el yogur es natural, sin azúcares añadidos). Sin embargo:

  • El yogur, especialmente si no está pasteurizado, puede aportar probióticos que favorecen la salud intestinal y el equilibrio de la microbiota, ayudando indirectamente al control del peso y la regulación del metabolismo.
  • La leche contiene más agua, lo que la hace más hidratante y menos calórica en volumen.

Desde el punto de vista calórico, el yogur (especialmente el griego entero) puede aportar más calorías por ración, por su menor contenido en agua y mayor densidad nutricional. Aun así, puede sustituir a la leche sin problema, siempre que se trate de un producto natural, sin añadidos de azúcar ni saborizantes.

El consumo de yogur también puede influir positivamente en el control del hambre, ya que estimula la producción de leptina, hormona que favorece la saciedad, y reduce la acción de la grelina, que estimula el apetito.

Como has podido comprobar, el yogur griego no sólo no engorda, sino que su consumo es altamente recomendable a cualquier hora del día, siempre dentro de una dieta variada y saludable.

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