De sus primeros pasos en la costa croata hasta su producción por toneladas actual, el queso parece vivir en una era dorada constante. Sobrevivió y se diversificó tras la caída del Imperio Romano; se industrializó y se benefició de la pasteurización y llegó a nuestros días en forma de numerosísimas alternativas, tanto industriales como artesanales.
El queso es un producto no sólo delicioso y versátil, plenamente introducido en la dieta occidental, sino también altamente nutritivo y perfectamente compatible (y recomendable) con una dieta saludable.
En este post daremos un repaso en profundidad a las propiedades del queso, que hacen de este plato un producto de alto nivel nutritivo y recomendado a todas las edades.
Contenidos
Propiedades del queso. Introducción
Como vimos en el post sobre qué es el queso, estamos hablando de un derivado lácteo producido por la maduración de la cuajada de la leche. se produce a partir de leche de vaca, principalmente, y otros rumiantes como la cabra, la oveja, la búfala, etc.
A nivel nutricional, su composición varía en función de la cantidad de producto magro que nos encontremos y su elaboración. Por regla general, comparte la mayoría de las características nutricionales de la leche, aunque puede presentar agregados según el tipo de queso.
Cuánto queso tomar dentro de una dieta saludable y equilibrada
Cuando hablamos de queso, sobre todo en las variedades semicurado y curado, estamos hablando de un producto altamente calórico. Aunque los estudios avalan que el consumo de queso no influye e incluso ayuda a la hora de mantener un peso saludable, debemos saber que su consumo recomendado diario no es muy alto. En concreto, una pieza de unos 30 gramos de queso semicurado o curado sería lo que recomiendan los expertos en nutrición.
Para que nos hagamos una idea, en cuanto a lácteos, esto sería el equivalente a una taza de leche de unos 250 ml, o al consumo de dos yogures, a razón de una ración media de 125 gr cada yogur. En el caso del queso, 30 gramos equivalen a, aproximadamente, una ración de un dedo de ancho.
Nutritivamente hablando, y ahora lo veremos en profundidad, el queso contiene muchos de los aportes esenciales para nuestro organismo y salud. No sólo calcio, sino también proteínas de alto valor, vitaminas y otros minerales, como el sodio o el zinc.
El queso y sus propiedades nutricionales
Como hemos dicho, el queso es un producto nutricionalmente hablando muy completo. Su consumo favorece desde nuestra energía y recuperación muscular hasta a nuestra salud dental, cardiovascular e incluso nuestro bienestar emocional.
Proteínas de alto valor biológico
Como producto lácteo, el queso es una fuente magnífica de proteínas de alto valor biológico. Esto significa que sus proteínas contienen los nueve aminoácidos esenciales, que el cuerpo humano necesita para satisfacer sus necesidades energéticas y llevar a cabo multitud de procesos.
La absorción de este tipo de vitaminas por parte de nuestro cuerpo supone una ayuda fundamental para la reparación de nuestros tejidos, el crecimiento, el mantenimiento de nuestro sistema inmunológico y la producción de enzimas y hormonas.
El queso y la salud ósea. Aporte fundamental de calcio
La leche y sus derivados son principalmente conocidos por su alto contenido de calcio. Este mineral es fundamental en nuestro cuerpo y no sólo por la formación de huesos y dientes y el mantenimiento de una densidad ósea adecuada que prevenga fracturas o desgaste.
El calcio juega un papel fundamental en el crecimiento de los niños, razón por la cual la leche es tan recomendada, pero también en la función muscular, donde el calcio es un transmisor clave para la contracción y la relajación muscular.
Tanto cuando el músculo se contrae como cuando se relaja, se libera calcio para que, unido a las fibras del músculo actina y miosina, generen la contracción y la relajación.
En cuanto al consumo de calcio recomendado, la cantidad recomendada varía según la edad de la persona. En el adulto promedio la recomendación es de 1000 mg al día, que equivale a dos raciones de lácteos. En niños, según su ingesta de leche, la ración recomendada puede aumentar.
No sólo de calcio vive el queso: aportes de sodio y zinc
Pero el queso no es solamente rico en calcio, sino también en sodio y zinc, otros dos minerales muy importantes para nuestro cuerpo. Por ejemplo, el sodio es conocido por controlar el equilibrio de líquidos en nuestro cuerpo, pero también para hacer que nuestros músculos respondan de manera correcta a los impulsos nerviosos.
Por otra parte, el zinc es fundamental para el crecimiento, el desarrollo y la estimulación de enzimas cerebrales, y es un mineral muy importante en cuanto a nuestro sistema inmunológico, ya que ayuda a mejorar nuestras defensas y a combatir bacterias. Además, facilita la cicatrización y es importante para nuestros sentidos, tanto gusto, como olfato como la vista (el zinc se encuentra, en una proporción elevada, en nuestra retina).
Ácido fólico y ácidos grasos, el queso como gran aliado durante el embarazo y la niñez
El queso aporta, además de minerales y proteínas, cierta dosis de vitamina B9, conocida como ácido fólico, vitamina B12, vitamina A y vitamina D. adicionalmente, dentro del grupo de vitaminas B, también aporta B12, B1 y B2.
Todas estas vitaminas intervienen en la regulación de nuestro metabolismo, por lo cual, es muy importante el consumo de queso a todas las edades. Sumado a esto, el queso contiene ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, que están especialmente recomendados para los niños, ya que favorecen su crecimiento y desarrollo durante la infancia.
El queso, la saciedad y el control del apetito
El queso es un producto graso, por lo cual, su nivel de saciedad es elevado, cualidad que puede ser beneficiosa para controlar nuestro apetito y evitar el picar excesivamente entre horas o llevar una dieta desequilibrada con atracones.
En este caso concreto, algunos estudios avalan que los ácidos grasos omega-3 y la vitamina B9 pueden ayudarnos a proteger nuestra salud cardiovascular, mejorando los niveles de colesterol y reduciendo la presión arterial.
Por otra parte, en el queso se encuentra el aminoácido esencial triptófano, que es precursor de la serotonina, también conocida como la hormona de la felicidad, que regula el estado de ánimo, el apetito, el sueño y nuestro ánimo.
El queso, las caries y el pH
Actualmente, varios estudios han concluido que el consumo de queso podría estar relacionado con una buena salud dental, debido no sólo a su aporte en calcio y fósforo, que fortalecen nuestros huesos y dientes, sino también por estimular la producción de saliva, que ayuda a regular el pH de nuestra boca, neutralizando los ácidos que atacan al esmalte.
¿Cuál es el queso más nutritivo?
Todos asociamos el queso y el calcio a la leche de vaca. Sin embargo, la leche de vaca no es la más nutritiva, al menos en cuanto a niveles de calcio, a la que podemos acceder. Y ocurre igual con el queso.
Y es que la palma se la lleva la leche de oveja, y con ello el queso de este rumiante, que no sólo contiene mayor cantidad de calcio, sino también una mayor cantidad de vitaminas, proteínas y minerales. En concreto, si hablamos de calcio:
- Queso de vaca: Entre 500-700 mg de calcio
- Queso de cabra: Entre 400-500 mg de calcio
- Queso de oveja: Entre 700-800 mg de calcio
¿Y qué pasa con el queso fresco?
El queso fresco es otro tipo de queso, mucho más acuoso, al que no se le ha extraído el suero ni prensado y que, en algunas variedades de queso, como el Cottage o el Quark, puede contener probióticos en el queso según haya sido su elaboración.
Este tipo de quesos requieren de un consumo mucho más rápido, ya que, por sus propiedades, las bacterias proliferan mucho más rápido y el queso se estropea. Asimismo, son bajos en grasa, con porcentajes alrededor del 10% en el caso de queso fresco elaborado con leche de vaca (un poco más en el caso de queso fresco de oveja o de cabra) y son una buena fuente de proteínas.
En comparación a los quesos semicurados y curados también contiene un menor aporte mineral, así como menos calorías.
¿Cuántas calorías tiene el queso fresco?
Como decíamos, el queso fresco tiene pocas calorías en comparación con los quesos curados, de entorno a 100-200 kcal por cada 100 gramos. Contiene también entre un 7-10% de grasa o hasta un 0% en sus versiones desgrasadas.
En lo que respecta a las proteínas, suelen rondar el 15%, y su aporte vitamínico incluye vitaminas de los grupos A, D y E.
¿Cuál es el queso más sano?
Visto el aporte nutricional del queso y los recientes descubrimientos en cuanto a su impacto en nuestra salud, podemos afirmar que el queso es un producto sano, siempre y cuando se consuma con la moderación que recomiendan los expertos, de unos 30 gramos diario.
Sin embargo, si tuviéramos en cuenta el nivel de calorías, el queso fresco sería la mejor opción, principalmente para dietas de personas que quieran bajar de peso. Su bajo contenido en grasas y colesterol avalan a este tipo de queso como una opción altamente saludable.
El queso en la cocina – Recetas con queso
El queso forma parte fundamental de numerosos platos, y está presente tanto en entrantes como en platos principales y postres. Según el sabor y la textura del queso y del plato que estemos buscando, optaremos por una variedad u otra. Desde queso crema, hasta mozzarella, que es el queso principal de la receta tradicional de la pizza, o hasta queso crema para prepara ricos postres como la cheescake.
El queso en ensaladas
Para las ensaladas suele optarse por quesos frescos y ligeros, como el queso de Burgos o el queso feta. Su sabor suave se adapta bien con el de los vegetales. En ensaladas también encontramos algún queso semicurado, cuando se busca que el queso adquiera un sabor protagonista.
Quesos para pasta
Quesos como el manchego o el parmesano, de textura dura, son ideales para rallar y gratinar. En platos de pasta añaden todo su sabor y aroma.
Quesos en postres
Ya sea una deliciosa cheesecake o un cremoso tiramisú, el queso mascarpone, o el queso crema, aportan a los postres su textura cremosa. También en flanes o mousse podemos encontrar el queso en un papel protagonista, que ayuda a dar textura. Nuevamente, los postres no suelen ser el lugar para quesos curados o añejos, ya que se suele buscar la cremosidad de un queso batido.
Quesos para salas
En el caso de las salsas sí se suele optar por quesos de sabor fuerte, como el Roquefort o el Gorgonzola, que además tienen la capacidad de fundirse relativamente rápido y de manera uniforme (los quesos azules apenas tienen costra). Con este tipo de quesos se elaboran salsas para, principalmente, acompañar a la carne.
Ahora ya conoces las propiedades del queso, su efecto sobre nuestra salud y la versatilidad que este delicioso alimento demuestra en la cocina, y ya sabes que es perfectamente compatible con una dieta sana y una alimentación saludable. Si quieres seguir al tanto de todas las noticias relacionadas con los productos lácteos, no dejes de leernos.