Los dos son derivados lácteos de gran calidad y alimentos probióticos que han de estar presentes en cualquier dieta. Entre consumir yogur griego y yogur natural hay algunas diferencias nutricionales. Conocerlas nos pueden ayudar a decidirnos por una u otra variedad. Las mostramos todas en este post.
Para tener más claras las diferencias entre el yogur griego y el natural, lo principal es establecer una definición precisa de cada uno de estos lácteos.
El yogur griego es aquel que se consigue mediante un proceso de presión que elimina el suero del yogur natural. Se cuela varias veces y se reduce el volumen total. Este tipo de yogur tiene una textura suave y un sabor más ácido y para su fabricación se emplea más leche que para un yogur natural.
Por su parte, el yogur natural es el que se obtiene mediante el proceso de fermentación de la leche por dos bacterias (“Lactobacillus bulgaricus” y “Spreptococcus thermophillus”) también llamadas fermentos lácticos. Es un alimento probiótico que cuenta con unos 100 millones de bacterias que deben estar vivas y presentes en el momento de su compra y consumo. A diferencia del griego, el suero no se cuela ni se comprime para reducir el volumen. Para ambos se suele emplear leche de vaca pero también puede ser de oveja o de cabra.
La diferencia más apreciable a simple vista entre el yogur griego y el yogur natural es la textura y el sabor. El yogur griego es más espeso, fruto del proceso de filtración de la leche y tiene un sabor más ácido que el yogur natural.
Otra de las grandes diferencias entre estos dos lácteos son las proteínas. El yogur griego proporciona hasta 15 o 20 gramos de ellas, frente a los 9 gramos de un yogur natural. Este aumento de proteínas se debe sencillamente a que requiere más leche para su fabricación. Con aproximadamente la misma cantidad de calorías, puede contener hasta el doble de proteínas. Son además proteínas de alta calidad que ayudan a provocar sensación de saciedad.
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Azúcares, grasas o calorías: Otras diferencias entre estos dos tipos de yogures
En cuanto al azúcar, el yogur natural presenta una concentración de azúcar de un 4% de media y se trata de azúcar procedente de la lactosa y presente de forma natural en la leche. El griego tiene menos azúcar que el natural (aproximadamente la mitad) al contar con menos lactosa (el azúcar natural del yogur) debido a su proceso de filtrado y fermentación. Esto lo convierte en más fácil de digerir.
Por su parte, el yogur griego presenta más hidratos de carbono que el yogur en su versión natural sin azúcares añadidos. Tiene 5,4 gramos por porción en comparación con los 4,9 gramos que tiene un yogur natural. Sin embargo, un yogur azucarado contiene una cantidad de hidratos de carbono mucho más elevada: 11,2 por cada 100 gramos.
Al tener más leche que el yogur natural también cuenta con una mayor cantidad de calcio. En este caso sirve para prevenir enfermedades como la osteoporosis y otros problemas óseos porque refuerza los huesos y permite que absorban mejor los nutrientes.
En cuanto a las grasas, en solo 200 gramos, el yogur griego contiene 16 gramos de grasa saturada mientras que un yogur natural contiene 5 gramos de grasa saturada. Con todo, se consideran grasas saludables.
Un beneficio muy importante del yogur griego es su bajo nivel de sodio, casi la mitad de un yogur convencional. Según algunos estudios, además, la bacteria Lactobacillus Acidophilus, presente en el yogur griego actúa contra la síntesis endógena del colesterol malo (LDL) y por tanto, ayuda a combatirlo.
Sobre las calorías de un yogur griego y de uno natural elaborado con leche entera, las calorías que posee son unas 63 por cada 100 gramos de producto. Por su parte el yogur griego puede llegar a tener unas 12 o 125 por cada 100 gramos.
¿Cuál es mejor? ¿Yogur griego o yogur natural?
En la actualidad el yogur griego se ha convertido en una opción de compra elegida por muchos consumidores, tanto o más que el yogur natural. Su textura, intensidad, su cremosidad o menos azúcar que el yogur natural hace que sea la opción preferida de muchos. Sin embargo, a la hora de preguntarnos cuál es mejor, si griego o natural, surgen dudas.
Ambos tipos de yogur son beneficiosos para la salud al tratarse alimentos probióticos. Es decir que las bacterias usadas en su fermentación producen un buen funcionamiento del aparato digestivo, equilibran la flora intestinal y previenen infecciones.
Una investigación publicada en la revista científica British Medical Journal determinó que el yogur griego era uno de los más saludables. Sin embargo, la calidad de un yogur griego y de un yogur natural dependen también de la marca que los producen, de la cantidad de aditivos que se incluyan en su producción etc.
Consejos para elegir bien un yogur griego o uno natural
Si quieres saber elegir bien un buen yogur griego o un buen yogur natural en las estanterías del supermercado te damos también algunos consejos que te ayudarán.
Lo primero es observar el aporte nutricional que tiene cada yogur. En este sentido es importante comprobar que no lleva azúcares añadidos. Con el porcentaje que llevan de lactosa (el azúcar de la leche) en el momento de la elaboración es suficiente tanto para el yogur natural como para el yogur griego.
Comprueba también que la lista de ingredientes no sea larga. Un yogur de calidad, sea griego o natural no debe sobrepasar los tres ingredientes. Con que lleven leche y fermentos lácticos es suficiente. Evita azúcares, colorantes, almidón, edulcorantes, colorantes, conservantes o potenciadores del sabor.
Como buena regla de porcentajes para saber sin un yogur natural o un yogur griego son lácteos de calidad y saludables podemos decir que si llevan un 3% de grasa, un 4% de azúcares y un 3% de proteínas, presentan una combinación adecuada.
Es importante también tener en cuenta que se considera un yogur griego en esencia el que contiene únicamente leche y cultivos lácticos. Existen marcas en el mercado que se presentan bajo la etiqueta de yogur griego pero que le añaden elementos como almidones modificados , crema de leche, proteínas, etc para conseguir una textura más cremosa pero sin respetar la elaboración tradicional que se hace eliminando el suero.
Por otra parte, se considera yogur natural al derivado lácteo que cuenta con unos 100 millones de bacterias que deben estar vivas y presentes en el momento de su compra y consumo. Si no cumple este requisito, entonces no podemos denominarlo yogur natural y eso es lo que lo diferencia de otros tipos o variedades.
Los beneficios pues de ambos tipos de yogures, tanto natural como griego son amplios para la salud siempre y cuando se fabriquen de la forma más natural posible, respetando el proceso básico de fermentación de la leche y sin añadir elementos adicionales. Leche y cultivos de las dos bacterias fundamentales son los ingredientes que no pueden faltar tanto en el yogur natural como griego. El aporte de diferentes nutrientes es similar pero con algunas diferencias entre ambos tipos de yogur, ambos beneficiosos y saludables.