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Relación entre el consumo de leche de avena y la tiroides
Los múltiples estudios, los años y las experiencias nos han confirmado que la dieta está estrechamente ligada a nuestra salud. Como recoge la Organización Mundial de la Salud (OMS): “una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer”.
A través de la alimentación obtenemos los nutrientes necesarios para el desempeño de las funciones vitales y correcto funcionamiento de nuestro organismo, y también gracias a ella podemos mejorar nuestra calidad de vida cuando padecemos ciertas enfermedades.
En este artículo valoraremos la influencia del consumo de bebida de avena en la salud, concretamente su efecto sobre la glándula tiroides.
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Glándula tiroides: ¿qué es y cuál es su función?
La tiroides es una glándula endocrina ubicada en el cuello, bajo la laringe. Se trata de un órgano muy sensible cuya principal función es la secreción de hormonas. Las hormonas tiroideas, también denominadas T4 (tiroxina) y T3 (triyodetironina), son sustancias químicas que circulan a través del torrente sanguíneo, encargadas del mantenimiento de gran parte de las funciones del organismo y la regulación de nuestro metabolismo.
¿Cómo regula la tiroides la secreción de estas hormonas? La tiroides trabaja conjuntamente con las glándulas pituitaria e hipotálamo. El control de los niveles de T4 y T3 recae sobre otra hormona, la TSH o Tirotropina (Hormona Estimulante de la Tiroides).
Las funciones de la glándula tiroides son:
- Controlar la frecuencia cardíaca y la concentración de colesterol.
- Mantener la temperatura corporal.
- Regular el metabolismo o consumo de energía del organismo.
- Intervenir en la síntesis de glucógeno y en el uso de glucosa, así como la asimilación de diferentes nutrientes.
- Formar vitamina A, también conocida como retinol.
- Intervenir en el desarrollo del sistema nervioso.
- Influir en el apetito, el sueño y el carácter.
Todas las tareas que desempeña la tiroides se traducen en un control global del ritmo al que funciona cada parte de nuestro cuerpo, dicho de otra forma, el metabolismo. Cuando se produce algún problema en esta glándula, las consecuencias pueden reflejarse en múltiples funciones vitales.
Principales enfermedades de la tiroides
En ocasiones, la secreción de hormonas por parte de la tiroides se ve alterada, produciendo hormonas T4 y T3 en exceso o defecto, lo que termina ocasionando problemas de salud. Dos de las enfermedades más comunes relacionadas con la actividad de esta glándula son:
Hipotiroidismo:
Se trata del trastorno más frecuente que sufre la glándula tiroides, provocado por una baja actividad de la misma. Esto provoca que no se llegue a producir la cantidad adecuada de hormonas tiroideas.
No siempre resulta sencillo detectar este problema, ya que los síntomas pueden darse de muchas formas y grados diferentes. Sin embargo, existiendo sospecha, un sencillo análisis de sangre suele ser suficiente para el diagnóstico.
¿Cuáles son los síntomas del hipotiroidismo? Alguna de las manifestaciones de esta enfermedad son: fatiga y somnolencia, olvido y dificultad para concentrarse, ganancia de peso, estreñimiento, languidez, apatía, ronquera, intolerancia al frío y edemas en las piernas entre otras.
¿Tiene cura esta enfermedad? El hipotiroidismo puede ser tratado mediante la ingesta de suplementos hormonales, para suplir la falta de producción de forma natural por parte del organismo. El tratamiento es diario y de por vida.
Hipertiroidismo:
Es una dolencia menos frecuente que el hipotiroidismo, que implica una actividad excesiva de la glándula tiroides, segregando demasiadas hormonas.
¿Cuáles son los síntomas del hipertiroidismo? Las señales de esta dolencia pueden ser: debilidad muscular, temblores, pérdida de peso, irregularidad en la menstruación, intolerancia al calor, problemas de visión, cambios de humor, ansiedad, etc.
¿Tiene cura esta enfermedad? El hipertiroidismo puede ser atajado de dos formas: mediante medicación, lo cual suele ser un proceso complejo y largo, o mediante cirugía, generalmente extrayendo parte de la glándula.
Además del hipotiroidismo y el hipertiroidismo existen otros trastornos relacionados con la glándula tiroides como el bocio, la tiroiditis o Tiroiditis de Hashimoto, o el cáncer de tiroides, todos ellos con sintomatología variada.
Principales causas de la alteración de la tiroides
Existen cuadros médicos muy diversos a la hora de desarrollar ciertas enfermedades de la tiroides, pero algunas causas pueden ser:
- Déficit de yodo en la dieta: este oligoelemento es esencial para la producción de hormonas tiroideas.
- Enfermedad autoinmune: lo más común es que venga ocasionada por un trastorno autoinmune denominado Tiroiditis de Hashimoto.
- Tratamiento de radioterapia: la radiación empleada para el cáncer de cabeza y cuello puede afectar a la glándula tiroides.
- Medicamentos como el litio
- Cirugía de tiroides: al eliminar o extraer una porción de la glándula pueden experimentarse alteraciones en la producción de hormonas.
- Embarazo: en ocasiones durante esta etapa la mujer desarrolla anticuerpos sobre su propio tiroides, lo que provoca problemas durante la gestación como tensión arterial elevada.
Estos son solo algunos de los desencadenantes de las enfermedades de la tiroides, que pueden contemplar un abanico más amplio.
Déficit de yodo como causa de hipotiroidismo
Poniendo el foco en la primera de las causas, el déficit de yodo, entra en juego la dieta del individuo. Generalmente la ingesta de la Cantidad Diaria Recomendada (CDR) de este elemento se cumple fácilmente con una alimentación equilibrada. El yodo se encuentra de forma natural en la tierra, en mayor o menor concentración, de modo que a través del consumo de frutas, verduras y hortalizas que lo absorben durante el cultivo, obtendríamos la proporción necesaria. Otra de las fuentes importantes de yodo de nuestra alimentación se encuentra en la leche y sus derivados.
Sin embargo, la disminución del consumo de leche en los últimos años y su sustitución por bebidas vegetales podría ocasionar un déficit de yodo en la dieta de muchas personas. La concentración de yodo de estas bebidas, en términos generales, representa un 2% en comparación con la leche de vaca.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) un 40% de la población mundial está en riesgo de padecer un déficit de yodo, siendo dentro de España las comunidades más amenazadas: Andalucía, Asturias, Castilla y León, Castilla La Mancha, Cataluña, Galicia y Extremadura. ¿Cómo puedes poner remedio a esto si no consumes leche de vaca?
Leche de avena y glándula tiroides
La CDR de yodo para un adulto sano es de unos 200 microgramos (mcg), una cantidad que puede duplicarse durante el embarazo y la lactancia y cuya ausencia tendría graves consecuencias para el feto. Si la leche de vaca no representa una fuente de este mineral para ti, puedes tratar de compensar ese aporte de yodo a través de tu elección de bebida vegetal.
La avena es un cereal con un importante contenido en yodo, casi 6 µg por cada 100 gramos. Además de esto, la avena proporciona a nuestro organismo vitamina B, selenio y manganeso, tres nutrientes que también contribuyen al correcto funcionamiento de la tiroides. Por este motivo, la leche de avena es reconocida por su papel en la prevención de problemas con glándula tiroides, ayudando a controlar la segregación de hormonas.
En cambio, estos beneficios cambian cuando no se trata de prevenir, si no de tratar. Es decir, una vez diagnosticado el trastorno en la tiroides, existen situaciones en las que el consumo de bebida de avena debe ser controlado por un especialista:
- Hipotiroidismo: los alimentos ricos en fibra como la leche de avena pueden interferir en la absorción de los suplementos de hormonas tiroideas. Sumado a esto, existen numerosos estudios que relacionan la enfermedad celíaca con el riesgo de padecer otras enfermedades autoinmunes como el hipotiroidismo, por lo que es frecuente que estos pacientes sigan una dieta libre de gluten. En el caso de la avena, es un cereal que de forma natural no contiene gluten, sin embargo, su procesado suele darse en fábricas en las que termina por producirse contaminación cruzada.
- Hipertiroidismo: bajo estas circunstancias, la dieta debe ser baja en yodo y por lo tanto, restringida en alimentos como el pescado, marisco, sal, granos y cereales, lácteos y pollo, que activan la producción de hormonas tiroideas.
Si padeces alguna de las enfermedades mencionadas o tienes sospechas de ello consulta con un profesional para poder actuar en consecuencia. Y recuerda, una alimentación saludable siempre supondrá un beneficio para tu organismo.