La lasaña es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía italiana, con tantas versiones como países en los que se disfruta. Es decir, incalculables. La lasaña es una de esas elaboraciones donde casi todo tiene cabida. Esta receta de lasaña de calabacín incluye esta verdura de dos maneras: como relleno y sustituyendo las placas de pasta. La paciencia es el ingrediente principal para llevar a cabo esta elaboración, pero la receta es muy sencilla.
Contenidos
Lista de ingredientes
- 600 g de carne picada de mezcla de ternera y cerdo
- 3 dientes de ajo
- 1 cebolla dulce
- 3 calabacines medianos
- 100 ml de nata para cocinar
- Sal
- 1 cebolla morada
- 2 tomates
- Tomillo
- Pimienta blanca
- Parmesano
- 2 zanahorias
- 250 g de ricota
- Aceite de oliva virgen extra
- Albahaca fresca
- 6 champiñones
- 100 ml de vino blanco
- 200 ml de salsa de tomate
- 100 g de mantequilla
- 200 ml de leche entera
- 50 g de harina
Utensilios necesarios
- Un cuchillo
- Unas varillas
- Una olla
- Una cazuela
- Una sartén
- Un rallador
- Un molde
- Horno eléctrico
Lasaña de calabacín, paso a paso
- Pelar el ajo y picar en láminas finas.
- Limpiar las verduras y pelar las cebollas y las zanahorias.
- Picar en cubos las cebollas, las zanahorias, el tomate y los champiñones.
- Sofreír estas verduras en una cazuela con aceite de oliva a fuego medio.
- Tapar la cazuela durante el cocinado. Remover de vez en cuando.
- Añadir los ajos y la carne. Mezclar con las verduras hasta integrar completamente los ingredientes.
- Espolvorear pimienta blanca y subir el fuego.
- Cocinar sin tapa y remover para evitar que se quemen los ingredientes.
- Verter el vino blanco.
- Apagar el fuego cuando se haya evaporado el alcohol.
- Agregar la salsa de tomate e integrar todos los ingredientes.
- Laminar dos de los calabacines. Reservar aparte en un cuenco.
- Rallar el calabacín restante.
- Colocar el calabacín rallado en un paño limpio. Escurrir la humedad de la verdura apretando el trapo.
- Picar muy fina la albahaca fresca.
- Cocinar el calabacín rallado en una olla a fuego lento con aceite de oliva.
- Agregar la ricota, la nata, el tomillo y la albahaca fresca.
- Integrar todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea.
- Remover con frecuencia para evitar que se queme.
- Retirar del fuego y reservar aparte.
- Precalentar el horno a 220ºC con calor por arriba y abajo.
- Cubrir el fondo del molde con salsa de tomate y aceite de oliva.
- Colocar las láminas de calabacín para dar forma a la base de la lasaña.
- Volcar el relleno con carne picada y repartir de manera homogénea.
- Colocar otra capa de la lasaña con láminas de calabacín.
- Rellenar con la mezcla de calabacín y ricota homogéneamente.
- Derretir la mantequilla en una sartén a fuego medio.
- Agregar la harina.
- Remover con las varillas sin parar hasta obtener una pasta blanca.
- Verter la leche poco a poco en un hilo sin parar de remover hasta obtener una bechamel ligera.
- Integrar completamente los ingredientes y añadir sal.
- Rematar la lasaña con la última capa de calabacín laminado.
- Cubrir la elaboración la bechamel.
- Rallar el parmesano sobre la lasaña.
- Hornear durante 40 minutos.
- Retirar del horno y dejar enfriar ligeramente antes de comer.
Ingredientes extra para la lasaña de calabacín
- Piñones. La lasaña de verduras puede pecar de ser un plato demasiado denso y suave, con una textura compacta o demasiado homogénea. Para dar más capas de textura, añadir dos puñados de piñones en la mezcla de calabacín y ricota será suficiente para evitar monotonía en cada bocado.
- Setas shiitake. Las setas shiitake deben agregarse a la elaboración tras haberse evaporado el alcohol del vino blanco. Este hongo reduce mucho su tamaño durante el cocinado, pero su sabor se mantiene igual de presente.
- Alubias rojas. Las alubias rojas también pueden aportar más textura en la elaboración de la lasaña de calabacín. Pueden agregarse tanto en la mezcla de carne y verduras como en la de ricota y calabacín. Es importante no trabajar en exceso la mezcla con alubias para evitar que se rompa la legumbre.
- Vino tinto. El vino tinto sirve para dar más cuerpo y presencia a las carnes, algo que es de ayuda en elaboraciones como las de la lasaña de calabacín para evitar que el cerdo y la ternera queden en un segundo plano. Lo correcto es sustituir el vino blanco por uno tinto.
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