Crema de leche y nata líquida: ¿Son lo mismo?

Muchas personas creen que cuando se habla de crema de leche y nata líquida se está haciendo referencia a dos productos lácteos diferentes. Sin embargo, lo cierto es que se trata del mismo. En América Latina, lo que se conoce por “crema de leche”, se denomina en España “nata líquida”. 

¿Qué es la crema de leche o nata líquida?

La Real Academia Española (RAE) define la crema de leche o nata líquida como la nata que según su porcentaje en materia grasa puede ser consumida en su forma líquida, como sustituto de la leche, para tomar con café o té, o puede ser espesada o incluso batida y ser utilizada en cocina y repostería. 

El Boletín Oficial del Estado (BOE) distingue tres tipos diferentes de nata líquida en función de su porcentaje: 

• Nata ligera. Contiene un mínimo de materia grasa del 12% y un máximo del 30%. Se emplea para mezclar café o para sopas y salsas.
• Nata. Contiene un mínimo de materia grasa del 30% y un máximo del 50%. Se usa para decoración en repostería o para elaborar crema batida o nata montada. 
• Nata doble. Contiene un mínimo de materia grasa del 50%. Se destina para la elaboración de mantequilla.

La nata líquida es un alimento muy versátil que puede ser empleado tanto para recetas saladas como dulces, aunque también es utilizada para la fabricación de helados.

¿Cómo se hace la crema de leche?

Existen diversas recetas para elaborar nata líquida en casa, pero Mundo Lácteo quiere hacer de la cocina una tarea fácil y divertida. Para hacer esta receta se necesitan tan solo dos ingredientes:

• 1 taza de leche entera
• 200 gramos de mantequilla

Elaboración

1. Para comenzar a elaborar esta receta será necesario incorporar en una olla la leche y la mantequilla. Un truco para conseguir una textura perfecta es que la leche sea entera, ya que su porcentaje en grasa es mayor, frente a la semidesnatada y desnatada.
2. Poner el fuego a una temperatura media y remover constantemente con unas varillas o espátula hasta que la mantequilla se derrita. 
3. Apagar el fuego y dejar reposar la mezcla durante un tiempo aproximado de 15 minutos. Una vez pasado este tiempo, esta se volverá ligeramente cremosa, lo que da ese toque diferenciador a la crema de leche 
4. Pasar la mezcla a un vaso batidor y batir durante 2 minutos a máxima potencia para que la mezcla quede más homogénea.
5. Finalmente, dejar la mezcla resultante reposar en la nevera por un mínimo de 4 horas.

La nata líquida casera puede conservarse en la nevera hasta dos semanas. Un truco para darle la máxima utilidad a la mezcla para recetas tanto dulces como saladas consiste en no añadir azúcar o sal. 

¿Para qué se utiliza nata líquida?

En función de su porcentaje en grasa, la nata líquida puede utilizarse para una amplia gama de platos. Estas son dos ideas donde incorporar este producto:

La pasta a la carbonara es uno de los clásicos por excelencia. Una receta relativamente sencilla para la que será necesario pasta, bacon, queso parmesano, nata líquida, una cebolla, aceite y sal y pimienta negra. 

Otro de los platos donde utilizar este producto tan versátil es los platos gratinados de pastas, verduras como el brócoli o pescados como el salmón. Son recetas algo más elaboradas en las que es posible aprovechar su versatilidad.

¿Qué otro tipo de natas existen?

La nata se puede categorizar en función de su uso o de su origen. En Mundo Lácteo tenemos un post sobre los diferentes tipos de nata en función de su origen. Aquí  nos detenemos en los tipos según su uso. 

Nata fresca

La nata fresca es una crema de leche con un porcentaje en grasa entre el 30-40%. Se caracteriza por su color amarillo pálido, y por su sabor menos amargo. Aunque hoy en día se ha extendido por toda Europa, este producto procede originalmente de Francia bajo el nombre  “crème fraîche”.

Se emplea para la elaboración de sopas, salsas, repostería y postres. Algunas de las ventajas que ofrece este tipo de nata es que puede transformarse en crema agria y que cuando hierve, no se corta.

Nata para montar

La nata para montar es un tipo de crema de leche a la que se le añade azúcar blanco y aire a base de batirla. Para hacer nata montada es necesario que esta tenga, al menos, un 35% de materia grasa. 

En algunas preparaciones de repostería, es posible añadir, como ingrediente opcional, un colorante alimentario para teñir la nata y emplearla en coberturas de tartas o bizcochos. 

Chantilly

La crema chantilly es un básico de repostería. No se debe confundir la crema chantilly con la nata montada ya que para esta primera se usa azúcar glas y esencia de vainilla. 

Nata doble

El término de “nata doble” alude sencillamente al porcentaje de materia grasa presente en la nata, el cual ronda el 48%. Aunque en España no sea muy popular, la nata doble es muy utilizada en países como Reino Unido o Turquía.

Se trata de una nata espesa, con cuerpo y que suele utilizarse para hacer helados y coberturas de tarta, pero también para recetas saladas como huevos revueltos o cremas de verduras.

Crema agria

De sabor agrio y con una consistencia similar al yogur, esta nata líquida presenta un contenido bajo en grasa y se obtiene de la leche cruda. Es un complemento ideal para ensaladas, sopas, patatas, salsas y postres. 

Nata vegetal

La mal llamada “nata vegetal” debe su nombre a que la grasa de este tipo de nata tiene un origen vegetal y no lácteo. Es apta para dietas veganas o para elaboraciones destinadas a personas con intolerancia o alergia a los componentes de la leche. Al igual que la crema chantilly, es un gran aliado de la repostería que se utiliza para elaborar el relleno de hojaldres, bizcochos, bollería. También se puede emplear montada y aplicada con manga pastelera en la decoración de tartas. La “nata vegetal” se caracteriza por su color blanco y sabor dulce, pero no empalagoso. 

 

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