Consejos para un consumo responsable de lácteos

El consumo responsable y equilibrado de lácteos es fundamental para mantener una alimentación saludable. De hecho, la leche y los productos lácteos son pilares de la dieta del ser humano desde la más tierna infancia.

Es muy común comer yogures o quesos como postre o parte de la merienda, añadir leche al café en la sobremesa y, sin lugar a dudas, la leche o alternativas vegetales son el ingrediente principal de los desayunos, con café o con cereales, existen una infinidad de opciones posibles para consumir leche o productos lácteos en el día a día, pero ¿cómo hacerlo de manera responsable?

En este artículo de Mundo Lácteo enumeramos una serie de consejos prácticos y útiles para incorporar productos lácteos a la alimentación diaria de forma sencilla.

Optar por versiones bajas en grasa y sin azúcares añadidos

Elegir en el supermercado lácteos bajos en grasa es una decisión inteligente y responsable, ya que así se reduce la ingesta de grasas saturadas y se cuida la salud cardiovascular. La clave está en seleccionar leche y productos lácteos lo más naturales posibles.

Incluir en la dieta diferentes tipos de lácteos

Incorporar lácteos a la dieta diaria no tiene por qué ser complicado. Se puede añadir leche a los desayunos con cereales o al café, como decíamos anteriormente, usar yogur natural como base para salsas o enriquecer las ensaladas con queso fresco.

Equilibrar el consumo de lácteos con otros grupos de alimentos, como verduras y carnes, es clave para una dieta variada. En caso de precisar inspiración, en Mundo Lácteo contamos con una sección muy amplia de recetas con leche, queso, nata, yogur o mantequilla como ingredientes esenciales.

Moderar el consumo de quesos curados

Los quesos curados tienen un mayor contenido en grasas saturadas y sal que otras variedades. Un consumo en exceso de quesos curados puede contribuir a la aparición o a la complicación de problemas cardiovasculares o aumento de peso. Es más indicado sustituirlos por quesos de tipo fresco o semicurados.

No obstante, no es necesario restringir el consumo de quesos curados, solamente hay que incluirlos en la alimentación de forma ocasional o en raciones pequeñas. Opta por quesos frescos o semicurados cuando busques opciones más ligeras, y disfruta de los quesos curados de forma ocasional y en pequeñas porciones.

Consumir lácteos con moderación en caso de tener intolerancias

La intolerancia a la lactosa es un problema que afecta a más de un 65% de la población mundial y entre sus síntomas principales están las molestias digestivas, cólicos y gases. Aquellos que formen parte de este grupo de personas, pueden optar por lácteos sin lactosa, que ofrecen los mismos beneficios nutricionales sin sus efectos secundarios. También se pueden consumir lácteos fermentados como el yogur o el kéfir, que suelen tolerarse mejor.

Aprovechar todos los beneficios de los lácteos fermentados

La leche fermentada y los productos lácteos fermentados, como el yogur y el kéfir, son una excelente fuente de probióticos que ayudan a mantener una microbiota intestinal sana.

Estos alimentos pueden favorecer la digestión y mejorar la absorción de nutrientes. Incluir productos fermentados en la alimentación diaria es una forma sencilla de mejorar la salud del intestino y potenciar el sistema inmunológico.

Además, el consumo de yogur, queso y kéfir ayuda a reducir los síntomas de la depresión y ansiedad, debido a las cepas de bacterias probióticas que contienen, según un nuevo estudio del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College de Londres y ADM Protexin publicado en la revista JAMA Psychiatry.

¿Cuántos lácteos se recomienda consumir al día?

Según la Fundación Nacional de Nutrición (FEN), la cantidad diaria recomendada de lácteos varía según múltiples factores como la edad, el género y el estado de salud. Pero, en general, se aconseja el consumo diario de 2 y 3 raciones de leche de vaca o lácteos en general. Estas raciones pueden incluir productos como yogur o queso.

Para los niños y adolescentes, se sugiere una mayor ingesta debido a su mayor necesidad de calcio y otros nutrientes para el desarrollo óseo. En personas mayores, es igualmente importante mantener una ingesta adecuada para prevenir problemas de salud ósea como la osteoporosis.

Es importante distribuir el consumo de lácteos a lo largo del día para cubrir las necesidades orgánicas del cuerpo humano, ya que los lácteos son verdaderamente esenciales en la alimentación.

¿Por qué los lácteos son importantes en una dieta equilibrada?

Los lácteos juegan un papel esencial en una dieta equilibrada, como la mediterránea, debido a su alto contenido en calcio, proteínas de calidad y vitaminas como la A y la D. Estos nutrientes fortalecen los huesos y dientes, contribuyen al buen funcionamiento muscular y al sistema inmunológico, mejoran el rendimiento físico, reducen la fatiga y el cansancio y, sobre todo, aportan grandes cantidades de energía al organismo, gracias a la lactosa.

Así, comer lácteos diariamente ayuda a mantener una buena salud en todas las etapas de la vida. En resumen, para un consumo responsable de lácteos no solo hay que tener en cuenta la cantidad de leche y productos lácteos que se incluyan en la alimentación, sino también la calidad y variedad de los productos elegidos.