Como bien sabemos en Mundolácteo, el queso es un alimento muy completo y nutritivo presente en gran cantidad de dietas y platos. Su alto aporte nutricional lo convierte en un alimento recomendado a cualquier edad para mantener no sólo nuestra salud ósea, sino también muscular, entre otras.
Sin embargo, hay una etapa, el embarazo, en el que surgen las dudas – y con razón – acerca del consumo del queso, ya que no todos son recomendables. Junto al queso, hay otros alimentos que las mujeres embarazadas deben evitar, como el sushi, los carpaccios de carne o pescado, los huevos crudos o derivados en los que se hayan empleado, los embuditos o el sashimi.
Este tipo de alimentos pueden contener bacterias que atraviesen la placenta y causen daños irreparables al bebé. Por esa razón, conviene estar muy atentos a las etiquetas de los alimentos que la mujer embarazada vaya a consumir.
En este post trataremos a fondo la cuestión sobre qué quesos pueden comer las mujeres embarazadas y cuáles no, cuáles son los riesgos y los posibles efectos que tendrían esas bacterias en el feto.
Contenidos
Alimentos prohibidos durante el embarazo
Si consultamos la página de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre alimentación segura durante el embarazo nos encontramos con una serie de recomendaciones de alimentos y hábitos de cocina para personas embarazadas.
En cuanto a alimentos que se deben evitar, tenemos que:
- Leche cruda y quesos frescos o de pasta blanda, siempre que no hayan sido elaborados con leche pasteurizada
- Comida cruda, desde brotes de soja, hasta huevos crudos o preparaciones con huevos crudos; carne cruda o poco hecha; pescado crudo o ahumado
- Ostras, almejas o mejillones crudos
- Frutas u hortalizas crudas que no hayan sido desinfectadas
- Pez espada, atún rojo, tiburón y lucio
- Carne de caza silvestre
- Productos cárnicos loncheados (embutidos); quesos loncheados o rallados
- Patés refrigerados
- Alimentos envasados tipo sándwiches que estén refrigerados y que contengan vegetales, huevo, fiambre, carne…
- Zumos no pasteurizados
La pasteurización la clave; la listeriosis, el enemigo
Como has podido comprobar, una de las claves, sobre todo en lo referente a productos lácteos como el queso, es su elaboración con leche pasteurizada. Esto es debido a que hay una serie de quesos que se elaboran, principalmente de manera tradicional, con leche cruda, y esta puede contener la bacteria listeria monocytogenes, que puede causer listeriosis, además de E. Coli o Salmonella, que suponen un peligro tanto para la madre como para el bebé.
En el caso de la listeriosis, debemos tener en cuenta que el sistema inmunológico de las mujeres embarazadas es más vulnerable, y la probabilidad de infectarse con listeria es mucho mayor en su caso.
En el caso de infectarse debemos estar alerta porque suele ser asintomática, de manera que podría estar causando daños irreparables al feto sin que la madre se diera cuenta o con un diagnóstico errado o inexistente debido a la falta de sintomatología.
La listeria produce una infección que afecta a la placenta, provocando microabscesos, y puede causar los siguientes problemas:
- Durante los dos primeros trimestres, puede provocar aborto espontáneo o muerte fetal
- En el último trimestre, pueden provocarse partos prematuros, enfermedades como neumonía, septicemia o meningitis, problemas neurológicos graves o incluso la muerte neonatal
¿Qué es la Listeria monocytogenes?
Listeria monocytogenes es un pequeño bacilo, capaz de proliferar tanto en un amplio rango de temperaturas (entre 1-45º) como en una gran cantidad de sal. Es uno de los patógenos más violentos causante de infecciones alimentarias, y su tasa de mortalidad está entre el 20-30%.
Podemos encontrar esta bacteria en numerosos ambientes, que van desde el suelo, el agua fresca, vegetación, aguas residuales…, y puede llegar a infectar a animales domésticos.
Como decíamos, durante el embarazo, la infección de listeriosis suele diagnosticarse tarde, habiendo producido un cuadro muy grave de granulomatosis infatiséptica que, como mencionamos, puede llegar a provocar abortos, meningitis, bacteriemia…
En cuanto a tratamiento, al tratarse de una enfermedad poco común en humanos, no está totalmente definido cuál es el más eficaz y, de hecho, es una bacteria resistente a las penicilinas naturales y a todas las cefalosporinas.
Con la pasteurización, tratamiento térmico de 71,7ºC durante 15 segundos, la listeria llega a ser eliminada, a pesar de estar considerada la bacteria patógena más resistentes al calor de entre las bacterias que se pueden transmitir a través de la leche.
Por lo tanto, el queso que puede consumir una mujer embarazada debe haber sido elaborado con leche pasteurizada, sea cual sea el origen animal de la leche. Ya hemos podido comprobar que la listeria se encuentra en numerosos ambientes y pasa fácilmente a los animales domésticos.
Fíjate siempre en las etiquetas
Una buena práctica, si es que surgen dudas, es fijarse siempre en la etiqueta del queso. Por supuesto, no comprar queso artesanal o que venga sin etiquetar o que sea sospechoso de haber sido elaborado con leche cruda, a pesar de que la normativa en España, para ese tipo de quesos, es que pasen por un proceso de maduración de, al menos, 60 días.
Los procesos de maduración son positivos para que las bacterias no proliferen, ya que suelen suponer un menor porcentaje de agua en el queso.
Por otra parte, también hay quesos que, a pesar de elaborarse con leche pasteurizada, no son recomendables, como el queso azul, el camembert o el cabrales contienen moho, y su nivel de humedad es elevado, razón por la cual se corre el riesgo de que proliferen microorganismos dañinos en ellos.
Estos quesos no suelen pasteurizarse
Hay una serie de quesos de los que deberemos sospechar hasta que comprobemos en su etiqueta el tratamiento de la leche. son los siguientes:
- Parmesano
- Quesos blandos tipos brie
- Camembert, queso azul por su alto porcentaje de humedad
- Quesos frescos y de Burgos
- Queso comté
- Queso feta
- Quesos loncheados
- Queso gruyere
- Queso emmetal
- Queso gouda
- Mozarella
- Burrata
- Queso mascarpone
- Queso pecorino
- Queso provolone
- Queso cheddar
- Queso edam
Con sus diferentes texturas y sabores, estos quesos se han elaborado tradicionalmente con leche entera cruda. En estos casos, revisa siempre bien la etiqueta y evítalos si los encuentras a la venta elaborados de manera artesanal.
Beneficios de consumir queso durante el embarazo
Si nos aseguramos de que la leche ha sido pasteurizada, el queso es un alimento muy completo que aporta numerosos beneficios tanto a la madre como al bebé.
Sin embargo, no debemos abusar de aquellos quesos muy curados porque su contenido en grasas saturadas suele ser elevado, así como su cantidad de sal, que puede provocar un aumento de peso no deseado. Por esa razón, para mujeres embarazadas se suele recomendar el consumo de quesos frescos, yogures, leche y otros derivados lácteos.
En cuanto al queso, aporta los siguientes beneficios:
- Calcio: el aporte más importante de los lácteos, que es fundamental para el desarrollo de huesos y dientes del bebé y para mantener la salud ósea de la madre. Asimismo, ayuda a reducir el riesgo de hipertensión y ayuda a mantener los músculos y el sistema nervioso
- Ácido fólico: que resulta fundamental para el desarrollo neurológico del bebé y ayuda a reducir el riesgo de malformaciones del tubo neural (es la zona donde se desarrollan el cerebro y la médula espinal) que podrían provocar, por ejemplo, espina bífida o anencefalia
- Zinc: que es esencial para la formación de anticuerpos, el propio crecimiento del feto y para reforzar el sistema inmunitario de la mujer embarazada.
- Fósforo: contribuye a fortalecer el sistema inmune de bebé y al desarrollo de dientes, huesos y uñas.
- Vitaminas de los grupos A y D: presentes en la producción de glóbulos rojos, favorecen la absorción del calcio y mejoran la agudeza visual
La alternativa: los quesos veganos
Una alternativa que está ganando popularidad en los últimos tiempos es, durante el embarazo, sustituir aquellos quesos más sospechosos por quesos veganos. Este tipo de quesos no están producidos con leche, sino con frutos secos, aceites de origen vegetal, almidones, etc.
Se tratan de una alternativa saludable al queso tradicional y que también contribuye con proteínas y grasas saludables.
Ahora ya sabes que, siempre y cuando el queso se haya elaborado con leche pasteurizada y no contenga moho o un grado de humedad muy alto, su consumo será seguro. Hablando de moho y proliferación de bacterias, durante el embarazo es recomendable no comer las cortezas del queso, por cierto, porque pueden contener bacterias. Asegúrate de que la elaboración del queso ha sido la correcta y no te quedes sin disfrutar de este alimento tan versátil y nutritivo.