Técnicas y consejos para una cata de quesos exitosa

Una de las mejores maneras de descubrir nuevos sabores es mediante una cata. Las catas de quesos son una opción cada vez más popular en eventos y celebraciones, ya que permite degustar un producto como el queso desde una perspectiva completamente diferente.  

En este post brindamos consejos para poder organizar una cata de quesos exitosa en la que se puedan agudizar otros sentidos como la vista, el olfato y el gusto. 

¿Cómo cortar los quesos? 

Quizás el primer aspecto a tener en cuenta antes de degustar un queso, bien sea en una cata o solo, es conocer el corte perfecto para poder apreciar todas sus características. Existen diferentes tipos de corte según la forma, curación o sabor del queso.  

• En forma de cuña. Si los quesos son redondos y pequeños como el queso Camembert es recomendable cortarlos en porciones finas triangulares idénticas para poder agarrarlas por la corteza y que tengan consistencia. El corte triangular en cuña también es idóneo para quesos duros como el manchego.  
• En lascas. Los quesos como el parmesano pueden cortarse en lascas finas e irregulares. Debido a su intenso sabor y consistencia, este corte puede ser el que más le favorezca. 
• En cubos o tiras. Este tipo de corte es perfecto para presentar quesos como el gruyére.  
• En rodajas. El rulo de queso de cabra puede cortarse en rodajas o medallones que puedan manipularse fácilmente. Pero, tampoco es recomendable que sean porciones muy grandes debido al fuerte sabor de este tipo de queso. 

¿Cómo servir los quesos en una cata? Consejos para degustar una tabla de quesos 

La disposición de los quesos en la tabla es un aspecto clave para una degustación exitosa, ya que marca el orden en el que se van a disfrutar. A continuación, proporcionamos una serie de consejos útiles a la hora de preparar una cata de quesos: 

• Es recomendable colocar primero los quesos más suaves y reservar los más fuertes para los últimos bocados. Esto permite una apreciación gradual de cada tipo de queso, sin opacar ningún sabor. Del mismo modo, si en la degustación se va a probar algún queso picante, es mejor colocarlo al final de la tabla, con los quesos más fuertes.  
• Las tablas o las fuentes de pizarra son el soporte perfecto donde servir los quesos.  
• Una buena forma de presentación es ordenar los quesos en el sentido de las agujas del reloj, de más suave y ligero a más fuerte y picante. 
• Para poder disfrutar de los sabores en toda su intensidad es fundamental sacar los quesos de la nevera al menos media hora antes de servir para presentarlos a temperatura ambiente.  
• Si se quiere hacer una cata exitosa profesional, se pueden diferenciar los tipos de quesos que se vayan a degustar con etiquetas o rótulos identificativos. De esta manera, se dispondrá de toda la información antes de probarlo.  

El mejor maridaje para una cata de quesos 

Una cata de quesos mejora de forma notable si la acompañas con los productos que mejor combinen con ellos. El queso es un producto con suficiente entidad como para no necesitar de grandes acompañamientos. Sin embargo, existen bebidas o alimentos que logran el equilibrio perfecto con el queso, como son el pan, el vino, la miel, la fruta fresca o los frutos secos. 

Vinos  

Los vinos son el acompañamiento ideal para el queso. La acidez del vino refresca y limpia la boca de la grasa característica de un producto lácteo como el queso. Ya sea por contraste de sabores y texturas o por similitud, siempre hay un vino perfecto para todo tipo de quesos.  

Los vinos blancos aromáticos, jóvenes y con un toque de acidez como el Albariño complementan y equilibran el sabor de los quesos frescos y suaves. Los vinos espumosos y cavas son ideales para quesos con sabor intenso como el camembert. Mientras que el vino tinto Crianza o Reserva, caracterizado por un mayor cuerpo y sabor contundente e intenso, funciona a la perfección para equilibrar los sabores robustos de los quesos curados como el manchego. Los quesos azules como el roquefort si van acompañados de vino dulce son una apuesta segura, ya que este maridaje crea un contraste de sabores incomparable.  

Frutos secos 

Las nueces, los anacardos o las avellanas añaden una textura agradable y diferente a los quesos. Los frutos secos se han convertido en un complemento imprescindible para crear una tabla de quesos perfecta.  

Miel  

La miel o incluso algunas mermeladas aportan un toque dulce que puede contrarrestar la salinidad y robustez de los quesos más curados y de los quesos azules.  

Fruta fresca 

Los higos, la pera o la manzana son un valor seguro para equilibrar el sabor de los quesos y aportar frescura y suavidad a la degustación de quesos.  

Otras opciones de maridaje pasan por los embutidos como el jamón serrano, el chorizo o la mortadela y los encurtidos como aceitunas, pepinillos y cebolletas. Los quesos admiten múltiples acompañamientos para potenciar y equilibrar su sabor. 

¿Cuáles son los mejores quesos para una tabla? 

Antes de definir cuáles son los mejores quesos para montar una tabla, es fundamental saber cuántas variedades van a componer la tabla. Desde Mundo Lácteo, recomendamos entre cuatro y ocho variedades de quesos diferentes para garantizar una cata abundante sin que sea excesiva. 

Es esencial ser consciente de que igual no todos los comensales quieren degustar todos los tipos de queso y que la cata puede servirse como picoteo o postre tras una comida o cena copiosa, por lo que no es necesario que la tabla cuente con grandes cantidades de queso. No debemos olvidar que es una degustación de distintos tipos de quesos y su objetivo es permitir a los comensales descubrir nuevos sabores y diferentes tipos de quesos.  

Teniendo eso en cuenta, una cata de quesos exitosa debe estar formada por quesos tiernos y suaves como el queso de tetilla, quesos curados o semicurados como el manchego, el cheddar y el emmental, queso azul como el queso gorgonzola y queso fresco como el queso feta, mozzarella o burrata. Siempre es buena opción sorprender a los invitados con algún queso que no conozcan o buscar alguna variedad de queso ahumado o salado, por ejemplo.